Presupuesto Ruso 2026 Prioriza Defensa y Aumenta Carga Fiscal Ciudadana

El Presidente Vladimir Putin formalizó a finales de noviembre de 2025 la rúbrica final del Presupuesto Federal de Rusia para 2026 y el trienio subsiguiente, consolidando una reorientación estructural de la economía hacia el sostenimiento bélico. El plan fiscal plurianual proyecta un gasto total de 44,06 billones de rublos, con un déficit estimado en 3,78 billones de rublos, lo que representa el 1,6% del Producto Interno Bruto (PIB). Esta asignación presupuestaria refleja una priorización histórica de los aparatos de defensa y seguridad, destinando 16,84 billones de rublos, el 38% del total de egresos, a estos rubros. Este porcentaje supera significativamente el 24% registrado en el año pre-conflicto de 2021, indicando una transformación económica a largo plazo.

Para financiar este esfuerzo sostenido, el Ministerio de Finanzas, bajo la dirección de Anton Siluanov, implementó ajustes fiscales diseñados para trasladar el coste operativo a la sociedad y al sector productivo menor. Una medida clave es el incremento del Impuesto sobre el Valor Añadido (IVA) del 20% al 22%, una modificación que las proyecciones indican generará aproximadamente 1,2 billones de rublos en ingresos adicionales. Adicionalmente, se contempla la eliminación de la exención por tasas simplificadas para las pequeñas empresas, como parte de una estrategia más amplia que busca recaudar un total de 2,6 billones de rublos mediante las nuevas disposiciones tributarias.

En contraste directo con el aumento en defensa, las partidas destinadas al bienestar social y al fomento de la economía nacional experimentan recortes sustanciales, alcanzando mínimos históricos según las estadísticas del Ministerio de Finanzas que abarcan dos décadas. El soporte a la economía nacional se reducirá al 10,9% del presupuesto, descendiendo desde el 17,6% previo al conflicto, mientras que el gasto social se contraerá al 25,1% desde el 38,1% anterior. Este patrón de gasto revela una estrategia de "represión fiscal" que prioriza la estabilidad macroeconómica y el aparato bélico sobre la mejora directa del nivel de vida ciudadano.

Los ingresos proyectados por hidrocarburos para el año entrante se sitúan en 8,9 billones de rublos, lo que supone una contracción del 20% respecto al año en curso, subrayando la urgencia de las nuevas fuentes de recaudación. El contexto económico subyacente a estas decisiones es un escenario de crecimiento debilitado; las previsiones oficiales sitúan el crecimiento del PIB en un 1,3% para 2026, inferior al 2,5% registrado en 2025. El plan fiscal se basa en una estimación conservadora del precio del crudo Urals a 59 dólares por barril para el ejercicio de 2026, mientras el Kremlin busca mantener subsidios familiares como amortiguador político a pesar de los recortes en servicios públicos.