La Disciplina Dietética de Nikola Tesla Resuena con Prácticas Modernas de Bienestar
Editado por: Olga Samsonova
La estricta disciplina alimentaria observada por Nikola Tesla, centrada en un enfoque minimalista, encuentra un eco notable en los conceptos contemporáneos de salud, como el ayuno intermitente. El inventor, nacido el 10 de julio de 1856 en Smiljan, Imperio austrohúngaro (actual Croacia), estructuraba su ingesta calórica en torno a dos comidas principales diarias, eliminando conscientemente el almuerzo para sincronizarse, según su percepción, con los ritmos naturales de la Tierra.
Esta cadencia de dos ingestas, desayuno y cena alrededor de las 6 p.m., generaba un lapso de ayuno de al menos 12 horas, un principio que hoy se alinea directamente con las prácticas de autofagia y ayuno intermitente. Tesla mostraba una marcada preferencia por alimentos que consideraba de fácil asimilación, priorizando en su desayuno elementos ricos en proteínas como la leche y las claras de huevo. Sus cenas, por otro lado, eran deliberadamente ligeras, enfocándose frecuentemente en sopas de vegetales, una elección que subraya su creencia en la necesidad de las verduras para el aporte vitamínico y la regulación intestinal.
A pesar de que su dieta era predominantemente basada en plantas, el inventor rara vez consumía carne o pescado, pues sostenía que estos alimentos incrementaban los niveles de ácido úrico en el organismo. Esta aversión a la carne se consolidó después de los 40 años, cuando se convirtió al vegetarianismo, motivado también por haber superado enfermedades como el cólera en su juventud. El investigador Milijan Stojanić, en su obra *Teslin banket*, ha documentado meticulosamente este patrón constante de dos comidas a lo largo de la vida del científico. Stojanić dedicó más de dos décadas a la investigación y seis años a la redacción de este libro, que explora las inclinaciones gastronómicas de Tesla y su trayectoria vital desde Smiljan hasta Estados Unidos.
Además de su dieta, Tesla evitaba rigurosamente estimulantes como el café y el tabaco, buscando mantener una claridad mental óptima para sus complejas labores científicas. De hecho, Tesla observó que las muertes por problemas cardíacos en ciudades con alto consumo de café podían alcanzar el sesenta y siete por ciento del total de los decesos en los necrológicos vieneses que recopiló. En una entrevista de 1935 para *Physical Culture*, el inventor enfatizó que la primera comida debía energizar la jornada, mientras que la segunda debía sustentar el cuerpo durante el reposo nocturno.
Su régimen, que también incluía caminar aproximadamente 15 kilómetros diarios, reflejaba una autodisciplina férrea, la cual, según él, era esencial para alcanzar sus ambiciones. Esta coherencia en sus hábitos le permitió mantener su talla de ropa durante toda su vida adulta, a pesar de ser un genio responsable de cimientos tecnológicos como la corriente alterna. La documentación de Stojanić, que incluye recetas de los platos consumidos por Tesla, ofrece una ventana a la vida cotidiana del ingeniero eléctrico y mecánico serbio nacionalizado estadounidense, quien falleció el 7 de enero de 1943 en Nueva York a los 86 años. Su legado no solo reside en sus más de 700 inventos, sino también en la disciplina casi monástica que aplicó a su propio mantenimiento físico y mental.
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Fuentes
Krstarica
Medium
Medium
Science Magazine
Popular Mechanics
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