Archivos Vaticanos Revelan Estatus Lingüístico Internacional del Croata en Siglos XVI y XVII

Documentación inédita custodiada en los archivos vaticanos sugiere que el idioma croata alcanzó un estatus internacional significativo durante los siglos XVI y XVII. El investigador principal de este descubrimiento es el historiador y fraile dominico Dr. Stjepan Krasić, nacido en 1938, cuyos hallazgos detallan la prominencia lingüística de Croacia en un periodo clave de la historia eclesiástica y diplomática europea.

Las conclusiones de Krasić, publicadas en la revista científica "ST-OPEN" de la Universidad de Split, se basan en el análisis riguroso de seis documentos originales localizados en los fondos de la Congregación para la Propagación de la Fe, hoy Dicasterio para la Evangelización de los Pueblos. La Iglesia Católica, en su estrategia de evangelización de los pueblos eslavos, designó al croata como el medio de comunicación más adecuado entre todas las lenguas eslavas. Esta decisión estratégica del siglo XVI elevó al idioma croata a una posición de privilegio, lo que resultó en su enseñanza como materia obligatoria en centros académicos de prestigio en Europa.

Investigaciones indican que decisiones papales directas, emanadas por figuras como el Papa Gregorio XIII y el Papa Clemente VIII, establecieron el croata como la lengua oficial para todas las naciones eslavas durante esos dos siglos. El Dr. Krasić, quien también fue consultor de la Congregación para las Causas de los Santos en el Vaticano entre 1984 y 1994, enfatiza que el reconocimiento del croata trascendió el ámbito eclesiástico, siendo empleado también como lengua diplomática en cortes reales, incluida la de Constantinopla.

Un hito fundamental en este proceso fue la fundación de la Academia del Idioma Ilirio en el Collegium Romanum de Roma, establecida por orden papal en 1599, evento que Krasić denomina el "nacimiento del lenguaje literario científico croata". Este impulso culminó con la publicación de la primera gramática del idioma croata por Bartol Kašić, titulada *Institutiones linguae Illyricae* en 1604, un texto fundamental escrito en latín. La consolidación de este estatus se formalizó con decretos posteriores; el Papa Urbano VIII, tras fundar el Pontificio Colegio Urbano en 1627, emitió una disposición en 1643 que obligaba al estudio del croata como lengua general para todos los eslavos, incluso fuera de Roma.

Como consecuencia directa de esta directriz pontificia, instituciones educativas de renombre, como las universidades de París, Oxford y Viena, incorporaron el estudio del croata en sus currículos durante el siglo XVII. Este hecho demuestra que el idioma croata poseía una relevancia internacional que no había sido plenamente reconocida en el entendimiento histórico contemporáneo. Los hallazgos, extraídos de los registros de la Congregación para la Propagación de la Fe —fundada en 1622 por el Papa Gregorio XV—, sitúan al croata, junto con el hebreo, el griego, el latín y el árabe, como una de las seis lenguas mundiales reconocidas en los círculos intelectuales europeos de los siglos XVI y XVII.