Un Extenso Necrópolis Romano en Olbia Revela los Secretos de Antiguos Ritos Funerarios

Durante unas labores de investigación arqueológica rutinarias, llevadas a cabo en el marco del proyecto de modernización de la carretera RD559 en la comuna de Hyères, dentro del departamento de Var, Francia, se produjo un hallazgo significativo: un vasto cementerio romano. Estas excavaciones fueron ejecutadas por el Instituto Nacional de Investigaciones Arqueológicas Preventivas (INRAP) en colaboración con el servicio arqueológico del departamento de Var. Este descubrimiento aporta material crucial para comprender las prácticas funerarias de la época romana en el sur de la Galia.

El área examinada ha revelado más de 160 estructuras de cremación distribuidas a lo largo de aproximadamente 800 metros cuadrados. Es notable que todas las sepulturas registradas emplearon exclusivamente el rito de la cremación. El proceso implicaba colocar el cuerpo del difunto sobre una pira de madera elevada sobre una fosa, donde se procedía a la incineración. Las altas temperaturas generadas provocaban la deformación y carbonización de los restos óseos, además de fundir objetos de bronce y carbonizar la cerámica y los recipientes de vidrio. Estos vestigios permiten a los arqueólogos reconstruir la secuencia exacta de los ritos crematorios y observar las huellas de las ceremonias rituales.

Una característica distintiva de este necrópolis de Olbia son los canales destinados a las libaciones, fabricados a partir de ánforas reutilizadas y que sobresalían de las tumbas. A través de estos conductos, los familiares podían verter ritualmente vino, miel o ungüentos, como si estuvieran «alimentando» a los difuntos durante fechas conmemorativas específicas, tales como la Feralia o las Lemuria. Tras finalizar la cremación, una parte de las piras se utilizaba como lugar de entierro definitivo, mientras que en otros casos, los restos óseos se recogían y se depositaban en pequeños receptáculos o simplemente se amontonaban.

Los expertos en arqueología señalan que estos hallazgos solo ofrecen una visión parcial de la estructura social de la población de aquel tiempo. Aún resulta imposible determinar con certeza qué estratos sociales tenían acceso a estos rituales de cremación o quiénes fueron sepultados específicamente en este campo santo. Por ejemplo, todavía no se han encontrado evidencias claras de enterramientos de esclavos, por lo que las interrogantes sobre la mezcla o segregación de las clases sociales siguen siendo objeto de hipótesis científicas.

La ubicación del necrópolis es significativa, ya que se encuentra adyacente a la antigua colonia griega de Olbia, fundada por los massaliotas en el siglo IV antes de nuestra era y que posteriormente se integró en la colonia romana de Arlés. Esta localización sugiere que el área pudo haber constituido una parte vital del centro comercial y portuario de la época, y la uniformidad de los rituales apunta a la existencia de tradiciones culturales bien establecidas.

Las investigaciones demuestran que los antiguos ritos funerarios eran variados y estaban cargados de un complejo simbolismo. La presencia de vasijas cerámicas y frascos para perfumes, ya sea carbonizados o preservados, junto con el ingenioso sistema de canales para libaciones, evidencian la riqueza de la práctica ritual y el profundo deseo de honrar a los fallecidos.

Este descubrimiento fue presentado al público durante las Jornadas Europeas del Patrimonio en septiembre de 2025, brindando a los visitantes la oportunidad de contemplar el necrópolis y examinar los artefactos recuperados. Una vez concluidos los trabajos arqueológicos, se prevé la reanudación del proyecto de infraestructura, que incluye la instalación de sistemas de drenaje, cableado de fibra óptica e iluminación vial para finalizar la reconstrucción de la carretera RD559.

En resumen, el hallazgo del necrópolis de Olbia no solo amplía nuestro conocimiento sobre las costumbres de cremación romanas en territorio galo, sino que también subraya la importancia fundamental de la arqueología preventiva al ejecutar proyectos de infraestructura modernos. Los datos arqueológicos nos permiten comprender cómo se conjugaban el ritual, la memoria ancestral y las prácticas sociales en la antigüedad, dejando una serie de interrogantes abiertas para futuras investigaciones y debates académicos.