Algoritmo de 2025 refuerza hipótesis de cifrado en el Manuscrito Voynich del siglo XV

El Manuscrito Voynich, un códice ilustrado de origen y propósito inciertos, continúa siendo uno de los enigmas históricos más persistentes. La datación por radiocarbono sitúa el pergamino entre 1404 y 1438, un periodo que se alinea con el Renacimiento italiano según el análisis estilístico. Este volumen, custodiado actualmente en la Biblioteca Beinecke de Libros Raros y Manuscritos de la Universidad de Yale, consta de aproximadamente 240 páginas ilustradas con flora no identificada, diagramas astronómicos y figuras humanas en contextos acuáticos.

El texto, escrito en un alfabeto desconocido denominado voynichés, ha desafiado a criptógrafos y lingüistas prominentes, incluidos Alan Turing y William Friedman, exjefe criptógrafo del Servicio de Inteligencia del Ejército de EE. UU. Aunque el texto sigue la Ley de Zipf, característica de los lenguajes naturales, su baja entropía condicional sugiere una alta predictibilidad a nivel de caracteres, un factor que algunos expertos utilizan para cuestionar su origen como lenguaje natural.

Un desarrollo reciente en 2025, presentado por el periodista Michael Gresko en la revista científica Cryptologia, fortalece la tesis de que el manuscrito es un texto cifrado. La investigación se basa en el algoritmo denominado "cifrado Naybe", desarrollado por Gresko durante el periodo de cuarentena. Este método algorítmico procesa texto en latín o italiano secuencialmente, lo segmenta en bloques de una y dos letras que actúan como "palabras", y asigna una estructura sintáctica a los bloques de dos letras mediante la división en prefijo y sufijo, simulando un cifrado de sustitución homofónica que podría ejecutarse manualmente con materiales del siglo XV.

Las simulaciones efectuadas por Gresko han revelado una correlación significativa con las anomalías estadísticas observadas en el Voynich, proporcionando a la comunidad investigadora una herramienta analítica más precisa. Paralelamente, en 2025, surgió la propuesta "Voynich Key VX-2025", que postula una traducción del texto a una serie de recetas cortas y notas, contrastando con otros enfoques que exploran principios matemáticos como la proporción áurea para la decodificación.

La procedencia documentada del manuscrito incluye al Emperador Rodolfo II del Sacro Imperio Germánico, quien lo adquirió por 600 ducados de oro, y su presentación a Athanasius Kircher en 1666 por Johannes Marcus Marci de Cronland. Wilfrid M. Voynich, el anticuario que dio nombre al volumen, lo compró en 1912. Adicionalmente, el análisis paleográfico realizado por la Dra. Lisa Fagin Davis identificó las manos de cinco escribas distintos, lo que sugiere una producción más colaborativa de lo que se había supuesto. Esta evidencia, junto con la datación del siglo XV, sitúa la creación del códice en un contexto del Renacimiento temprano en Europa central o Italia, aunque su propósito final sigue siendo objeto de debate entre teorías científicas, alquímicas o de engaño elaborado.