El X-59 de la NASA Completa su Vuelo Inaugural, Abriendo la Puerta a la Velocidad Supersónica Silenciosa

El panorama de la aviación alcanzó un hito definitorio con el vuelo inaugural del jet experimental X-59 de la NASA, una aeronave diseñada para redefinir el viaje a alta velocidad. Esta aeronave, desarrollada por la agencia espacial estadounidense en colaboración con la división Skunk Works de Lockheed Martin, alzó el vuelo el 28 de octubre de 2025, marcando un avance crucial en la misión QueSST (Tecnología Supersónica Silenciosa).

El despegue inicial se produjo desde el Aeropuerto Regional de Palmdale, California, con el objetivo de validar la operatividad del diseño. Durante aproximadamente una hora, el X-59 ejecutó patrones de vuelo sobre el espacio aéreo de la Base de la Fuerza Aérea Edwards. Este primer recorrido, mantenido a velocidades subsónicas según lo programado, sirvió para una evaluación crítica de sistemas esenciales como el motor, la instrumentación y el piloto automático. El evento fue presenciado por cerca de 200 personas, incluyendo personal de la industria y sus familias.

La trascendencia de este suceso radica en su potencial para anular la limitación histórica que ha restringido el vuelo supersónico comercial sobre tierra: el estruendo sónico. El diseño vanguardista del X-59, caracterizado por una nariz alargada y la colocación estratégica del motor, busca transformar ese estallido en un golpe sónico suave, estimado en unos 75 niveles de presión sonora percibida (PLdB), un nivel comparable al sonido de una puerta de coche cerrándose, significativamente menor que el ruido de una aspiradora.

Este logro es la culminación de un esfuerzo metódico. Pruebas anteriores, como la verificación del motor con postcombustión máxima en diciembre de 2024, demostraron la sincronización entre el motor F414-GE-100 y los demás componentes. La eliminación del parabrisas delantero, una decisión para reducir la huella sonora, impulsó el desarrollo de un sistema de visión avanzado con cámaras y pantallas de alta resolución.

La siguiente fase se centrará en mediciones en tierra y con aeronaves de seguimiento para confirmar la mitigación del ruido. Los datos recopilados por la NASA se compartirán con reguladores estadounidenses e internacionales con la meta de establecer nuevos umbrales de ruido aceptables. Si se valida, esta tecnología podría reducir a la mitad el tiempo de trayectos como el hipotético Nueva York-Los Ángeles. El éxito de este demostrador tecnológico sugiere que la restricción de 1973 sobre vuelos supersónicos comerciales sobre tierra podría estar cerca de una revisión, inaugurando una nueva era en el desplazamiento aéreo.