El Canal de Panamá Lucha Contra la Escasez de Agua, Afectando el Comercio Global

Editado por: Tetiana Martynovska 17

El Canal de Panamá opera actualmente con una capacidad de tránsito reducida debido a la persistente sequía, exacerbada por los patrones de El Niño. Aunque los niveles de agua en el Lago Gatún se mantienen por encima de los umbrales críticos en septiembre de 2025, los tránsitos diarios continúan por debajo de las medias previas a la sequía. Esta situación impacta significativamente el comercio mundial, alargando los tiempos de envío y elevando los costos logísticos.

La escasez hídrica es un problema intensificado por el cambio climático y los ciclos de El Niño, que han afectado drásticamente el suministro de agua del canal. El Niño de 2023, uno de los más fuertes registrados, provocó una reducción del 35% en las precipitaciones en Panamá, llevando los niveles del Lago Gatún a mínimos históricos. Este lago es esencial para el funcionamiento del sistema de esclusas del canal, requiriendo millones de litros de agua dulce por cada tránsito. Las restricciones implementadas han reducido los tránsitos diarios de un promedio de 36 a 24 por día, una medida necesaria para conservar los recursos hídricos.

Como consecuencia, las navieras se ven obligadas a buscar rutas alternativas, como el Canal de Suez o el rodeo por el Cabo de Buena Esperanza. Estas desviaciones incrementan los tiempos de viaje en aproximadamente un 20% y elevan los costos de transporte en cerca de un 5%, lo que se traduce en unos 1.100 millones de dólares anuales adicionales. El Canal de Panamá, que maneja aproximadamente el 5% del comercio marítimo mundial, se enfrenta a un desafío que pone de manifiesto la vulnerabilidad de la infraestructura comercial global ante los efectos del cambio climático.

En respuesta a esta crisis hídrica, se están impulsando proyectos de infraestructura a gran escala. El más destacado es el proyecto del Embalse de Río Indio, una inversión de 1.600 millones de dólares destinada a aumentar la capacidad de almacenamiento de agua. Se espera que este embalse, cuya construcción está programada para comenzar en 2027 y que se prevé dure unos seis años, permita hasta 15 tránsitos diarios adicionales durante las épocas de sequía, elevando la capacidad operativa a 51 buques diarios. Sin embargo, es importante notar que este proyecto no estará operativo para mitigar los efectos del próximo evento de El Niño previsto para 2027.

La situación actual subraya la necesidad imperante de estrategias adaptativas y una visión a largo plazo para garantizar la resiliencia de las rutas comerciales vitales. La inversión en proyectos como el Embalse de Río Indio representa un paso proactivo hacia la sostenibilidad y la competitividad del canal en un mundo cada vez más influenciado por las variaciones climáticas, asegurando la continuidad del flujo comercial global.

Fuentes

  • WebProNews

  • CNBC

  • World Ports Organization

  • Foreign Policy

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