Estados Unidos Concede a Hungría una Exención de Sanciones para el Proyecto de la Central Nuclear Paks II

La administración estadounidense, bajo el liderazgo del Presidente Donald Trump, ha otorgado formalmente a Hungría una dispensa de las sanciones financieras impuestas a la Federación Rusa. Esta decisión crucial permite a la corporación estatal rusa Rosatom continuar con las labores de construcción de la planta de energía nuclear Paks II.

Este importante dictamen se formalizó tras la reunión celebrada el 7 de noviembre de 2025 en Washington entre el jefe de Estado de EE. UU. y el Primer Ministro húngaro, Viktor Orbán, según anunció posteriormente este último. La liberación de las restricciones, específicamente aplicable al proyecto Paks II, se instrumentó mediante una licencia general emitida por el Departamento del Tesoro de los Estados Unidos. Este movimiento subraya un enfoque pragmático por parte de Washington, priorizando la seguridad energética de un aliado europeo por encima de la adhesión estricta al régimen de restricciones. El Secretario de Estado de EE. UU., Marco Rubio, confirmó que la excepción se fundamenta en la necesidad de asegurar el suministro energético de Hungría y garantizar la finalización de la central nuclear.

El plan de ampliación de la central de Paks implica la edificación de dos nuevos bloques de reactores, cada uno con una capacidad de 1200 MW, responsabilidad que recae en Rosatom. Se prevé que el vertido del primer hormigón tenga lugar a principios de 2026. Este acuerdo proporciona una base de estabilidad a largo plazo para un proyecto que es vital para la seguridad energética húngara y para mantener los precios regulados de los servicios públicos. Cabe recordar que, a finales de junio de 2025, la Oficina de Control de Activos Extranjeros (OFAC) del Departamento del Tesoro de EE. UU. ya había emitido un permiso temporal (Licencia General 115B), autorizando ciertas transacciones nucleares civiles hasta el 19 de diciembre de 2025.

La cumbre del 7 de noviembre de 2025 en Washington no solo abordó este tema, sino que también selló una alianza estratégica energética más amplia entre Estados Unidos y Hungría. Como parte de este pacto, Hungría se ha comprometido a adquirir gas natural licuado (GNL) procedente de EE. UU. por un valor aproximado de 600 millones de dólares. Adicionalmente, se concretó un acuerdo separado con la empresa estadounidense Westinghouse Electric Co. para el suministro de combustible nuclear destinado a la unidad operativa de Paks I, valorado en unos 114 millones de dólares, con entregas programadas a partir de 2028. Este convenio con Westinghouse busca diversificar las fuentes de combustible del país. En aras de profundizar la colaboración, también se han puesto en marcha conversaciones para explorar la posible instalación de hasta diez pequeños reactores modulares (SMR) de fabricación estadounidense en territorio húngaro.

Históricamente, el contrato original para la construcción de Paks II con la Federación Rusa fue firmado en 2014, con un coste total estimado del proyecto en 12.500 millones de euros. La decisión tomada por la administración Trump se interpreta como el resultado de una negociación diplomática compleja, donde la concesión en materia de sanciones se intercambia por importantes contratos energéticos a largo plazo con proveedores norteamericanos. El Ministro de Asuntos Exteriores de Hungría, Péter Szijjártó, confirmó que este entendimiento asegura al país un suministro energético estable, entrando en vigor justo cuando las sanciones dirigidas a las empresas energéticas rusas debían hacerse efectivas el 21 de noviembre.