Avistamiento de Ballena Jorobada Cerca del Golden Gate Refuerza la Importancia del Corredor Marino de San Francisco
Editado por: Olga Samsonova
Observadores de cetáceos en la Bahía de San Francisco presenciaron recientemente el salto acrobático de una ballena jorobada (*Megaptera novaeangliae*) en las proximidades del Puente Golden Gate. Este evento destaca la biodiversidad marina que prospera en la zona, especialmente durante los periodos de migración estacional.
Las ballenas jorobadas son visitantes habituales de la región, aprovechando las aguas ricas en nutrientes que resultan del fenómeno de surgencia o afloramiento oceanográfico. Estos mamíferos gigantes, reconocibles por sus aletas pectorales largas y aletas dorsales distintivas, subrayan el papel crítico del corredor de la Bahía de San Francisco en las rutas migratorias de los cetáceos. Aunque los picos de avistamiento se concentran típicamente entre mayo y noviembre, los registros indican que las apariciones pueden iniciarse desde marzo.
Estos animales realizan viajes transoceánicos extensos, con algunos ejemplares documentados recorriendo hasta 8,000 kilómetros en un solo trayecto entre sus zonas de alimentación en aguas frías y sus áreas de reproducción en aguas tropicales. Durante la alimentación, consumen entre 4,400 y 5,500 libras de kril y pequeños peces diariamente. Emplean una técnica cooperativa conocida como "red de burbujas" para concentrar presas, donde una ballena emite un grito para forzar a los peces a ascender, atrapándolos en la cortina de burbujas antes de su consumo.
En contraste, durante la migración invernal hacia aguas más cálidas para la reproducción, estos cetáceos ayunan, subsistiendo únicamente de la grasa acumulada. El fenómeno migratorio de la jorobada es uno de los más largos del reino animal, con estudios recientes documentando viajes que superan los 13,000 kilómetros entre el Pacífico y el Índico, un comportamiento que aún plantea interrogantes a la comunidad científica sobre los patrones migratorios globales. La población del Pacífico Norte, por ejemplo, se alimenta en la costa entre California y Alaska en verano, y migra a zonas como Hawái y México para la reproducción invernal.
La observación de ballenas en el área de San Francisco se extiende casi todo el año debido a las temporadas escalonadas de diferentes especies, incluyendo la ballena gris, con avistamientos posibles desde tierra cerca de Point Montara. La conservación de estas especies es fundamental, dado su rol ecológico vital: sus desechos fertilizan los ecosistemas marinos, impulsando la producción de fitoplancton que captura dióxido de carbono y genera oxígeno. A pesar de la protección internacional implementada tras la caza excesiva que redujo sus poblaciones en un 90% antes de 1966, las ballenas continúan enfrentando amenazas como colisiones con buques y enredos en artes de pesca.
El reciente avistamiento cerca del Golden Gate sirve como un recordatorio tangible de la salud y la conectividad de los corredores oceánicos que sustentan la vida marina a escala global.
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Fuentes
KRON4
YonderTours
Patch
Fisheries and Oceans Canada
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