El Auge del Jugo de Apio: Innovación Alimentaria y Perspectivas Nutricionales

Editado por: Olga Samsonova

La popularidad del jugo de apio se ha consolidado como un factor impulsor en el sector del bienestar, amplificada por su difusión en redes sociales. Este vegetal, con una historia que se remonta a más de 3.000 años en el Antiguo Egipto, donde se le reconocía como alimento y planta medicinal, está experimentando un notable resurgimiento en la conciencia pública. Los antiguos egipcios emplearon el apio en rituales; de hecho, se han encontrado hojas de apio en la tumba del faraón Tutankamón, quien falleció alrededor del 1323 a.C., lo que subraya su valor histórico.

La investigación contemporánea destaca el bajo aporte calórico del apio y su alta proporción de agua, lo que lo convierte en un componente central en muchos regímenes dietéticos actuales. Nutricionalmente, es una fuente significativa de Vitamina K, esencial para la coagulación sanguínea y la salud ósea, además de aportar Vitaminas A y C, junto con minerales clave como Potasio, Calcio y Magnesio. Este perfil se complementa con una rica concentración de antioxidantes, específicamente flavonoides como la luteolina, que ha demostrado poseer potentes efectos antioxidantes y antiinflamatorios en humanos, contribuyendo a la reducción del estrés oxidativo y al soporte de la función corporal general.

El auge de esta bebida está redefiniendo el panorama de la tecnología alimentaria. Esta influencia se traduce en innovaciones concretas dentro de la industria, como el desarrollo de sustitutos bajos en calorías y carbohidratos para los crutones, utilizando el apio, y su incorporación como potenciador de sabor en caldos y sopas, donde se le atribuye la capacidad de neutralizar el crecimiento bacteriano. Además, la luteolina, presente en el apio, es objeto de estudio por sus efectos neuroprotectores y su potencial para prevenir el encanecimiento del cabello, según investigaciones realizadas en ratones por científicos como Masashi Kato y Takumi Kagawa de la Universidad de Nagoya.

Históricamente, el apio fue cultivado por primera vez en regiones mediterráneas y pantanosas, y los romanos también lo integraron en su dieta y rituales, incluso asociándolo con Venus. En la actualidad, la popularidad del jugo de apio ha sido amplificada por figuras públicas, incluyendo deportistas como Novak Djokovic y celebridades como Gwyneth Paltrow y Robert de Niro, quienes comparten sus experiencias con sus audiencias. El apio, que constituye aproximadamente el 95% de agua, funciona como un diurético natural, ayudando a mitigar la retención de líquidos y, por ende, a modular la presión arterial.

La industria capitaliza este interés, con el mercado global de jugo de apio valorado en 1.160 millones de dólares estadounidenses en 2024, y se proyecta que alcance los 3.500 millones de dólares para 2035, con una Tasa de Crecimiento Anual Compuesta (TCAC) cercana al 10.58% entre 2025 y 2035. Esta tendencia subraya una mayor demanda de productos orgánicos y naturales, posicionando al apio como un pilar en la búsqueda de la longevidad y el bienestar mental. No obstante, la comunidad científica advierte que el consumo regular no siempre respalda todas las afirmaciones populares, y se requiere cautela ante la promoción de curas para enfermedades crónicas basadas únicamente en este vegetal, mientras la evidencia clínica humana concluyente sigue siendo un área de desarrollo para algunas de sus propiedades más ambiciosas.

Fuentes

  • dariknews.bg

  • WebMD

  • Frontiers

  • Pressed Earth Juices

  • Future Market Insights

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