Japón Celebra un Hito de Longevidad: Casi 100,000 Centenarios

Japón ha alcanzado un nuevo y extraordinario récord en longevidad, con la cifra de personas con 100 años o más ascendiendo a 99,763 hasta el 1 de septiembre de 2025. Este logro, que representa un aumento de 4,644 individuos respecto al año anterior, subraya la notable tendencia de envejecimiento de la población japonesa y los avances en la calidad de vida y la atención médica. La gran mayoría de estos centenarios, un impresionante 88%, son mujeres, lo que refleja una tendencia global donde las mujeres tienden a vivir más tiempo que los hombres.

Entre las figuras más destacadas se encuentra Shigeko Kagawa, de 114 años, residente de la prefectura de Nara, quien ha sido reconocida como la persona viva de mayor edad en Japón. Kagawa, una médica jubilada, ha mantenido un estilo de vida activo, atribuyendo su vitalidad a la libertad, la independencia y el disfrute de actividades como caminar durante sus visitas a domicilio, leer periódicos y practicar caligrafía. El hombre de mayor edad en Japón es Kiyotaka Mizuno, de 111 años, originario de Iwata, Shizuoka, quien mantiene una rutina diaria saludable que incluye despertarse temprano y consumir comidas regulares, destacando el consumo de plátano en el desayuno y yogur en la cena.

Históricamente, Japón comenzó a registrar datos sobre centenarios en 1963, cuando solo había 153 personas en esta categoría. El número ha crecido exponencialmente desde entonces, superando los 1,000 en 1981 y los 10,000 en 1998. Este crecimiento sostenido se atribuye a una dieta equilibrada rica en pescado y verduras, bajos índices de obesidad, y una cultura que promueve la actividad física y el bienestar comunitario, como la práctica de "Radio Taiso" desde 1928. La alta esperanza de vida en Japón también se ve favorecida por la reducción de muertes por enfermedades cardíacas y ciertos tipos de cáncer, gracias a la promoción de un consumo reducido de sal y carne roja.

Sin embargo, este éxito demográfico presenta desafíos significativos. El envejecimiento de la población, combinado con una tasa de natalidad decreciente, ejerce presión sobre los sistemas de seguridad social y atención médica del país. La prefectura de Shimane lidera en densidad de centenarios por cada 100,000 habitantes por duodécimo año consecutivo, con 159.5 personas, mientras que Saitama registra la tasa más baja con 45.8. Esta disparidad regional sugiere la influencia de factores socioeconómicos y ambientales en la longevidad.

El gobierno japonés está implementando diversas estrategias para abordar estas cuestiones, como el fomento de la participación laboral de personas mayores y la promoción de políticas familiares, aunque los resultados aún son un desafío. La nación se enfrenta a la tarea de equilibrar la celebración de la longevidad con la necesidad de mantener la vitalidad económica y la sostenibilidad de sus servicios sociales ante una población cada vez más envejecida.