Seis Aerolíneas Internacionales Suspenden Vuelos Hacia el Espacio Aéreo Venezolano Tras Alerta de Seguridad

El sábado 22 de noviembre de 2025 marcó un punto de inflexión en la conectividad aérea con Venezuela, ya que seis importantes aerolíneas internacionales tomaron la decisión de paralizar sus operaciones hacia el espacio aéreo del país. Esta medida drástica se produjo inmediatamente después de que la Administración Federal de Aviación de Estados Unidos (FAA) emitiera un Aviso a los Aviadores (NOTAM) dirigido al personal aeronáutico. Dicho aviso alertaba sobre una situación catalogada como potencialmente peligrosa, atribuida a una intensificación de la actividad militar y una notoria merma en las condiciones generales de seguridad en la región circundante.

El comunicado de la FAA, formalizado el viernes 21 de noviembre de 2025, estableció un periodo de validez que se extendería hasta el 19 de febrero de 2026. Esta restricción afecta específicamente a la zona de control de tráfico aéreo de Maiquetía (SVZM FIR), abarcando la totalidad del territorio venezolano y las aguas adyacentes del Mar Caribe. Entre las compañías que cesaron sus operaciones de manera inmediata se encuentran gigantes del sector como Iberia (España), TAP (Portugal), LATAM (Chile), Avianca (Colombia), GOL (Brasil) y Caribbean Airlines (Trinidad y Tobago). La noticia fue confirmada por Marisela de Loaiza, presidenta de la Asociación de Aerolíneas de Venezuela (ALAV). En un caso específico, Iberia anunció la suspensión temporal de sus vuelos a Caracas hasta nuevo aviso, dejando en vilo a muchos viajeros.

A pesar de estas suspensiones, el panorama no era uniforme en el mercado. Para el 23 de noviembre de 2025, otras aerolíneas como Copa Airlines, Air Europa, PlusUltra, Turkish Airlines y LASER continuaban manteniendo sus itinerarios hacia el país. Esta disparidad refleja una evaluación de riesgos notablemente diferente entre los distintos operadores aéreos. La advertencia de la FAA fue enfática al señalar que amenazas no especificadas podrían comprometer la seguridad de las aeronaves en cualquier altitud, incluyendo las fases críticas de tránsito, despegue y aterrizaje, así como para los aviones estacionados en tierra en los aeropuertos.

Este llamado de atención de la autoridad aeronáutica estadounidense coincide con una escalada perceptible en la presencia militar de Estados Unidos en el Caribe. Esta escalada incluye el despliegue de un grupo de ataque de portaaviones liderado por el USS Gerald R. Ford, junto con la participación de cazas F-35. Washington enmarca oficialmente su despliegue militar bajo el paraguas de una operación antidrogas, la cual, desde septiembre de 2025, ha resultado en el hundimiento de más de 20 lanchas rápidas y la pérdida de más de 80 vidas. Paralelamente a estas acciones aéreas, la tensión política se ha agudizado: la administración Trump tiene previsto designar oficialmente al Cártel de los Soles, al que acusa de ser liderado por el presidente Nicolás Maduro, como organización terrorista a partir del 24 de noviembre de 2025. El presidente Maduro, por su parte, interpreta esta decisión como un pretexto para ejercer presión militar con el fin de forzar su derrocamiento.

La atmósfera interna también se encuentra cargada de tensión. El Fiscal General de Venezuela ha advertido que la líder opositora María Corina Machado, quien fue galardonada con el Premio Nobel de la Paz 2025 el 10 de octubre por su defensa de la democracia, será declarada «prófuga» si decide salir del país para recibir su distinción el 10 de diciembre de 2025. Adicionalmente, entre los factores que influyeron en la decisión de la FAA, se ha reportado un incremento en las interferencias al Sistema Global de Navegación por Satélite (GNSS) en la zona de Maiquetía, detectadas desde septiembre de 2025. Como gesto de fuerza, bombarderos B-52 estadounidenses realizaron vuelos de demostración sobre aguas internacionales del Caribe el 20 de noviembre, lo que los funcionarios calificaron como «patrullaje para mostrar presencia».

Es importante recordar que las aerolíneas estadounidenses tienen prohibido volar hacia Venezuela desde 2019. Sin embargo, la reciente directriz de la FAA tiene implicaciones mucho más amplias, afectando el tráfico internacional en general. Este suceso se erige como un claro barómetro de la seria escalada en el enfrentamiento geopolítico, donde la seguridad aérea se convierte en una de las primeras y más palpables consecuencias de la fricción entre naciones.