Controversia sobre el incidente del JetBlue A320 sobre Florida: Experto refuta la explicación de Airbus sobre la radiación solar

Editado por: Uliana S.

El jueves 30 de octubre de 2025, un Airbus A320 operado por JetBlue experimentó una pérdida abrupta de altitud mientras cubría la ruta desde Cancún hacia Newark. El suceso ocurrió sobre el espacio aéreo de Florida. Tras una rápida intervención de la tripulación, quienes lograron recuperar el control de la aeronave, se procedió a un aterrizaje de emergencia en el Aeropuerto Internacional de Tampa. Este brusco descenso resultó en lesiones para al menos 15 pasajeros; varios de ellos requirieron hospitalización debido a traumatismos craneales.

Este incidente, que involucró a un avión A320 con dos décadas de servicio, atrajo de inmediato la atención de las autoridades reguladoras. Airbus, el fabricante, emitió una explicación oficial atribuyendo la causa a la «intensa radiación solar», sugiriendo que esta pudo haber afectado los ordenadores de navegación. Esta hipótesis, sin embargo, encendió un debate científico considerable dentro de la comunidad experta.

Clive Dyer, un reconocido especialista en clima espacial y radiación de la Universidad de Surrey, Reino Unido, se mostró tajante al cuestionar la versión proporcionada por el fabricante. Dyer afirmó que el nivel de actividad solar registrado el día del incidente era insignificante y, por lo tanto, insuficiente para impactar la aviónica. En su lugar, propuso una teoría alternativa: el fallo pudo haber sido provocado por el impacto directo de un rayo cósmico de alta energía, posiblemente originado por la explosión de una supernova distante. Dyer, quien anteriormente asesoró sobre el incidente del vuelo Qantas 72 en 2008, detalló que los rayos cósmicos son capaces de causar perturbaciones de evento único (single-event upset) en la microelectrónica, alterando el estado de los elementos lógicos o induciendo corrientes, lo que puede derivar en fallos de hardware.

Como medida inmediata y preventiva, Airbus decidió suspender temporalmente las operaciones de cerca de 6,000 aeronaves de la familia A320 para implementar actualizaciones urgentes de software. Tanto la Administración Federal de Aviación de EE. UU. (FAA) como la Agencia Europea de Seguridad Aérea (EASA) actuaron con celeridad, emitiendo directivas que obligaban al retroceso del software del Elevator Aileron Computer (ELAC B) de la versión L104 a la más estable L103+. Esta acción afectó aproximadamente a la mitad de la flota mundial de A320, generando importantes desafíos logísticos justo después de la festividad del Día de Acción de Gracias en Estados Unidos.

Aunque Airbus inicialmente señaló la radiación solar como el detonante, las acciones tomadas por el propio fabricante sugieren una vulnerabilidad más amplia. Menos de dos semanas después del percance de JetBlue, se detectaron niveles elevados de radiación en la atmósfera debido a una potente llamarada solar, lo cual podría haber justificado la necesidad de una actualización de software tan extensa. Los sistemas que operan a altitudes de crucero, donde el blindaje atmosférico es menor, permanecen susceptibles a los rayos cósmicos, lo que subraya la urgencia de desarrollar aviónica con mayor resistencia a los fenómenos del clima espacial.

Mientras que la mayoría de las aeronaves recibieron un parche de software rápido, se estima que alrededor de 1,000 modelos más antiguos podrían requerir un reemplazo de hardware más prolongado. Este suceso, sumado al hecho de que 2025 coincide con el pico del Ciclo Solar número 25, el cual ha demostrado ser más activo de lo anticipado, vuelve a poner el foco en la imperiosa necesidad de mejorar los sistemas de protección contra la meteorología espacial en el sector aéreo.

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Fuentes

  • KOMPAS.com

  • Space.com

  • People.com

  • CP24

  • Spagnoletti Law Firm

  • Aviation Today News Desk

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