Indulto a Exmandatario Hondureño por Trump Contradice Ofensiva Antidrogas de EE. UU.

El expresidente de Honduras, Juan Orlando Hernández, fue puesto en libertad el lunes 1 de diciembre de 2025, tras recibir un indulto total e incondicional del presidente Donald Trump. Esta acción ejecutiva se produjo después de que Hernández cumpliera parte de una sentencia de 45 años, impuesta en junio de 2024, a raíz de su condena por conspirar para introducir más de 400 toneladas de cocaína a Estados Unidos, además de cargos relacionados con armamento. La Oficina Federal de Prisiones (BOP) confirmó la salida del exjefe de Estado de la cárcel de máxima seguridad de Hazelton, Virginia, donde cumplía su condena.

Hernández, quien gobernó Honduras entre 2014 y 2022, fue extraditado a Estados Unidos en abril de 2022, enfrentando cargos que el Departamento de Justicia resumió como “narcotráfico patrocinado por el Estado”. El anuncio del perdón presidencial por parte de Trump se materializó el 28 de noviembre de 2025, justificándolo con la afirmación de que individuos respetados consideraban que el trato recibido por Hernández había sido excesivamente severo e injusto. La Secretaria de Prensa de la Casa Blanca, Karoline Leavitt, respaldó la clemencia, calificando el veredicto como una “clara sobre-acusación” de la administración anterior. La decisión se alineó con las declaraciones previas de Hernández, quien en octubre de 2025 había apelado a Trump alegando ser un objetivo político de la administración Biden. Se ha señalado que el asesor de larga data de Trump, Roger Stone, influyó en la decisión.

El contexto político inmediato fue notable, ya que el indulto se formalizó pocos días antes de las elecciones generales hondureñas, en las cuales Trump había manifestado su respaldo explícito al candidato conservador Nasry Asfura, del Partido Nacional, la misma formación política de Hernández. Trump había advertido sobre graves consecuencias para Honduras si su candidato preferido no triunfaba. Analistas señalaron que esta coincidencia sugiere motivaciones políticas, dado que Asfura se encontraba en un virtual empate técnico con el candidato del Partido Liberal, Salvador Nasralla, en el conteo de votos.

Paralelamente a este acto de clemencia, el gobierno de Trump intensificaba una campaña militar antidrogas que comenzó en septiembre de 2025, con el objetivo declarado de interceptar el tráfico marítimo, principalmente desde Venezuela. Esta ofensiva ha incluido el despliegue del portaaviones USS Gerald Ford en el Caribe y, según reportes, ha resultado en la destrucción de al menos 21 embarcaciones y la muerte de más de 80 personas hasta la fecha de la liberación. La Secretaria Leavitt defendió la coherencia de la acción, asegurando que el perdón no menoscaba la campaña militar en curso.

El Fiscal General de Honduras, Johel Zelaya, manifestó que su oficina estaba obligada a buscar justicia, lo que implica que el regreso de Hernández al país no es automático ni garantizado. La sentencia original de 2024, dictada por el Juez Kevin Castel, subrayó que Hernández utilizó su autoridad política para proteger a traficantes de drogas que le proporcionaban sustento financiero. En contraste con la defensa de Trump, el Senador Chuck Schumer criticó duramente la decisión, argumentando que convertía la lucha contra el narcotráfico en una “burla”. El abogado de Hernández, Renato Stabile, citó el riesgo de represalias por parte de “narco-terroristas” como razón para no regresar inmediatamente a Honduras.