Cuando 'United by Music' se convierte en interrogante, no en lema

Editado por: Inna Horoshkina One

Lou Deleuze - Este mundo | 🇫🇷 France | Video musical oficial | Eurovisión Junior 2025

La música posee una cualidad inherente que a menudo elude a los protocolos formales: revela de manera instantánea las fracturas existentes en el panorama mundial.

Esta semana, el Festival de Eurovisión resonó con una nota discordante, casi profética: Nemo, el artista suizo ganador de la edición de 2024, anunció su decisión de devolver el codiciado trofeo a la UER (Unión Europea de Radiodifusión), como forma de protesta contra la ratificación de la participación de Israel en el certamen de 2026.

El gesto de Nemo: El evento de la semana

Nemo fundamentó su postura explicando la profunda contradicción que percibe entre los valores fundamentales del concurso —la unidad, la inclusión y la dignidad— y la decisión de la UER de mantener a Israel en la competición. Esta decisión se produce en un contexto marcado por el conflicto en Gaza y las graves acusaciones internacionales, algunas de las cuales han sido recogidas en informes de comisiones de la ONU, aunque Israel rechaza tales señalamientos.

La respuesta de la UER fue concisa: manifestaron su pesar por la determinación del artista, pero aseguraron respetar su punto de vista. Además, recalcaron que Nemo sigue siendo considerado una parte valiosa de la gran familia de Eurovisión.

Boicots y fisuras en el concurso

A raíz de esta controversia y la decisión de la UER, un total de cinco naciones han comunicado su ausencia en la edición de 2026: España, Países Bajos, Irlanda, Eslovenia e Islandia. Aunque las justificaciones varían en su formulación, el trasfondo emocional es idéntico: resulta insostenible pretender que “esto es solo música” cuando el clamor del sufrimiento global es tan audible.

No obstante, el concurso no se desmorona. Países como Bulgaria, Rumanía y Moldavia han confirmado su regreso a la competición. La UER, por su parte, insiste en la importancia de preservar una comunidad unida.

Viena 2026: La música sigue en pie

La próxima edición, la número 70, se celebrará en Viena, específicamente en el Wiener Stadthalle. Las fechas clave ya están fijadas: las semifinales tendrán lugar el 12 y 14 de mayo de 2026, culminando con la gran final el 16 de mayo de 2026.

Aquí reside la gran paradoja de la semana: el lema «United by Music» ya está impreso en la cartelería, pero la propia noción de “unión” ha pasado de ser una afirmación a una pregunta fundamental.

Más allá de la competición: Un llamado a la Paz

Podemos debatir las normativas y disentir de las resoluciones tomadas. Sin embargo, la música genuina, si está viva, siempre nos convoca a una profundidad mayor: no a la victoria, sino a la resonancia mutua. Nos llama a preguntarnos “cómo no perder la humanidad en el ser humano”, en lugar de debatir “quién tiene la razón”.

La acción de Nemo trasciende la mera devolución de un trofeo. Simboliza que el oído mundial es demasiado sensible como para ignorar las realidades tapándolo con eslóganes vacíos. Si Eurovisión aspira verdaderamente a ser un espacio de concordia, enfrentará el desafío complejo de mantener su escenario sin convertirlo en un arma, y de preservar a sus participantes sin exigirles el silencio.

La resonancia global de este suceso

Este episodio ha inyectado una dosis elevada de responsabilidad en el ámbito cultural: cuando la cultura adquiere una dimensión global, ya no puede permitirse la neutralidad apolítica. También ha despertado una esperanza silenciosa: aún tenemos la capacidad de elegir el tono adecuado, uno marcado por la empatía y el cuidado, en lugar del tono de la división o la contienda.

A pesar de nuestras diferencias de timbre, si escuchamos con atención, podemos converger en un deseo esencial: el de seguir viviendo. Si la humanidad tiene alguna oportunidad de no ensordecerse con su propio estruendo, esta no vendrá de quien grita más fuerte, sino de quien, en el momento más álgido, mantiene la capacidad de escuchar al otro.

La música, en este contexto, nos enseña a no evadir la realidad, sino a resguardar en su seno un espacio donde la persona prevalece sobre la bandera, y la voz auténtica supera cualquier lema prefabricado.

Mientras el mundo adulto se enfrasca en discusiones sobre reglamentos, boicots y admisiones, se hace más perceptible una frecuencia que canta con suavidad, pero con profunda sinceridad: el corazón de un niño. En la canción «Ce Monde», la representante de la Pequeña Eurovisión 2025, Lou Délice, expresa aquello que los adultos olvidamos constantemente: este mundo se siente primero, y solo después se discute.

Quizás el «United by Music» más honesto hoy no se encuentre en los grandes carteles publicitarios, sino en esa voz infantil y diáfana que, sin necesidad de discursos políticos, simplemente canta sobre el mundo en el que anhelamos residir.

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Fuentes

  • detikedu

  • DIGITAL FERNSEHEN

  • BisnisUpdate.com

  • RMOL

  • Deutschlandfunk

  • Israelnetz

  • tagesschau.de

  • Süddeutsche Zeitung

  • Die Zeit

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