Canarias se enfrenta a calima y ola de calor con avisos amarillos

Las Islas Canarias se encuentran bajo un significativo episodio de calima, con la presencia de polvo sahariano y un notable incremento de las temperaturas. La Agencia Estatal de Meteorología (AEMET) ha activado avisos amarillos en todo el archipiélago, alertando sobre la reducción de la visibilidad y los posibles riesgos para la salud.

Se prevé que la visibilidad disminuya hasta los 3.000 metros, afectando de manera particular a las zonas situadas al sur y las áreas costeras. Las concentraciones de partículas de polvo podrían superar los 200 microgramos por metro cúbico en determinados puntos, lo que representa un riesgo para el sistema respiratorio. Estudios recientes sugieren que la exposición a estas partículas puede agravar afecciones preexistentes como el asma y otras enfermedades respiratorias, e incluso se ha observado un aumento en la mortalidad por dolencias cardíacas en los días posteriores a episodios de calima.

Paralelamente, las temperaturas se están disparando. Gran Canaria podría registrar máximas de 36°C, con la posibilidad de alcanzar los 37°C, mientras que en otras islas se esperan máximas de hasta 34°C, especialmente en las vertientes sur y suroeste.

El Gobierno de Canarias ha declarado la prealerta ante esta situación, recomendando a residentes y visitantes que limiten las actividades al aire libre y mantengan puertas y ventanas cerradas para minimizar la exposición al polvo y al calor. También se aconseja mantenerse bien hidratado y evitar esfuerzos físicos intensos.

Este fenómeno no es nuevo para el archipiélago, que convive con la calima de forma recurrente. Sin embargo, la combinación de polvo sahariano con altas temperaturas y, en ocasiones, vientos fuertes, crea un desafío constante para la salud pública. Las autoridades sanitarias subrayan la importancia de seguir las pautas de autoprotección para mitigar los efectos adversos de este fenómeno meteorológico, que puede afectar tanto a la población local como al turismo. La calidad del aire se ve comprometida, y la necesidad de medidas preventivas se vuelve crucial para el bienestar general durante estos episodios.