Sébastien Lecornu, de 39 años, ha sido nombrado nuevo Primer Ministro de Francia, sucediendo a François Bayrou. Lecornu, quien previamente ocupó el cargo de Ministro de las Fuerzas Armadas, se convierte en una de las figuras gubernamentales más jóvenes en la historia de la Quinta República. Su nombramiento, ocurrido el 9 de septiembre de 2025, se produce en un contexto de significativa agitación política y social en el país.
Uno de los desafíos inmediatos para Lecornu es la elaboración del presupuesto para 2026. El plan presupuestario anterior, que contemplaba un ajuste fiscal de 44 mil millones de euros, requerirá una revisión exhaustiva y negociaciones con los grupos parlamentarios. El plazo para presentar este proyecto ante la Asamblea Nacional es el 7 de octubre, tras las consultas necesarias con el Consejo de Finanzas Públicas y el Consejo de Estado.
Paralelamente, el nuevo primer ministro deberá abordar la crisis agrícola desencadenada por la ley Duplomb. Esta legislación, que ha generado una petición popular con más de 2.1 millones de firmas, ha suscitado debate por su posible reintroducción de pesticidas neonicotinoides, prohibidos desde 2018 debido a su impacto en los polinizadores. La ley, criticada por sus potenciales efectos en la salud pública y el medio ambiente, será objeto de una próxima decisión en la Asamblea Nacional.
En el frente energético, Lecornu se encargará de la implementación del programa plurianual de energía, cuyo objetivo es alcanzar la neutralidad de carbono para 2050. Este plan se basa en la sobriedad energética, la eficiencia, el impulso a la energía nuclear y el desarrollo de energías renovables. Sin embargo, esta estrategia ha generado preocupación entre algunos legisladores sobre un posible incremento en las tarifas eléctricas para los ciudadanos. El objetivo general de Francia es reducir a la mitad su consumo energético para 2050, un plan ambicioso que busca disminuir la dependencia de los combustibles fósiles y cumplir con los compromisos climáticos internacionales.
El clima político se mantiene tenso, con manifestaciones ciudadanas y críticas de la oposición. Lecornu ha prometido un nuevo enfoque, caracterizado por "rupturas fundamentales" con respecto a su predecesor, para navegar estos complejos escenarios. La lealtad de Lecornu hacia Emmanuel Macron, su experiencia previa como ministro de Defensa y su trayectoria en diversas carteras gubernamentales lo posicionan como una figura clave en este momento crucial para Francia. La oposición ha expresado escepticismo, con algunas voces solicitando la dimisión del presidente Macron, mientras que otros sectores muestran una disposición cautelosa al diálogo. La habilidad de Lecornu para construir consensos en una nación dividida será determinante para el éxito de su mandato y la estabilidad del gobierno.