Una patrulla naval conjunta de buques de guerra rusos y chinos en agosto de 2025, que se extendió cerca de Alaska, ha puesto de relieve la creciente cooperación militar entre ambas naciones. Este despliegue ha generado un debate significativo sobre la necesidad de reforzar la presencia militar de Estados Unidos en la región del Pacífico. El ejercicio "Joint Sea 2025", que tuvo lugar del 1 al 5 de agosto de 2025 cerca de Vladivostok, Rusia, fue seguido por una flotilla naval conjunta que inició su sexta patrulla en el Pacífico. Esta flotilla incluía el destructor chino CNS Shaoxing, el buque de suministro CNS Qiandaohu y el destructor ruso Admiral Tributs. La ruta de patrulla, previamente aprobada por la Flota del Pacífico ruso, llevó a las embarcaciones a la Bahía de Avacha, a aproximadamente 575 millas de la Isla Attu, el punto más occidental de la cadena de las Islas Aleutianas de Alaska.
En respuesta a estas actividades, el Almirante Samuel Paparo, comandante del Comando Indo-Pacífico de EE. UU., ha abogado por la reapertura de la Base Naval de Adak, actualmente inactiva, y por la mejora de la Estación Aérea Eareckson en la Isla Shemya. Paparo enfatizó que estas medidas son cruciales para aumentar el tiempo y la distancia de respuesta ante cualquier capacidad de fuerza que intente penetrar en la región. La ubicación estratégica de Adak, con sus dos pistas de aterrizaje de 8,000 pies y una gran capacidad de almacenamiento de combustible, la convierte en un activo valioso para las operaciones de patrulla marítima y reconocimiento. La presencia de fuerzas navales rusas y chinas cerca de Alaska se produce en un contexto de crecientes tensiones geopolíticas y de una profundización de la asociación estratégica entre Moscú y Pekín. Estos ejercicios conjuntos anuales, que comenzaron en 2012, tienen como objetivo mejorar la interoperabilidad y abordar las amenazas de seguridad en el Pacífico occidental. La respuesta de Estados Unidos, que considera la reactivación de infraestructuras militares de la era de la Guerra Fría, subraya la importancia que se otorga a la seguridad regional y a la disuasión frente a las crecientes actividades militares de Rusia y China en el Ártico y el Pacífico. La cooperación militar entre Rusia y China se ha intensificado, especialmente desde la invasión rusa de Ucrania en 2022, lo que ha llevado a un mayor aislamiento internacional para ambas naciones. Esta alineación estratégica se manifiesta en ejercicios conjuntos que abarcan desde operaciones antisubmarinas hasta simulacros de defensa aérea y de misiles, demostrando una creciente capacidad de coordinación y confianza mutua entre sus fuerzas armadas.