El 12 de septiembre de 2025, el Estrecho de Taiwán fue escenario de una significativa actividad naval. El destructor estadounidense USS Higgins y la fragata británica HMS Richmond navegaron a través de esta estratégica ruta marítima, lo que provocó una respuesta de China. El Mando del Teatro Oriental del Ejército Popular de Liberación (EPL) de China desplegó fuerzas navales y aéreas para monitorear la presencia de los buques, calificando sus acciones de "señales equivocadas" que "socavan la paz y la estabilidad en el Estrecho de Taiwán". El EPL afirmó que sus fuerzas se mantienen en "alta alerta" para salvaguardar la soberanía y seguridad de China.
El Ministerio de Defensa británico, por su parte, declaró que el tránsito se realizó "en pleno cumplimiento del derecho internacional y las normas", ejerciendo los derechos de libertad de navegación conforme a la Convención de las Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar. Estados Unidos no ha emitido comentarios inmediatos sobre el incidente. Este tránsito se produce una semana después de que buques de guerra de Canadá y Australia realizaran una navegación similar por el estrecho, lo que también generó una respuesta de condena por parte de Pekín.
Paralelamente a estos movimientos, el nuevo portaaviones chino Fujian realizó pruebas de navegación en el mismo estrecho. El Fujian, que se encuentra en las etapas finales de prueba antes de su entrada en servicio activo, es un símbolo del rápido avance de China en la modernización de su armada. Las pruebas, que incluyen la integración de aeronaves, son cruciales para su preparación operativa y sugieren una inminente puesta en servicio. Se trata de la novena ronda de pruebas de mar del portaaviones, lo que indica que su entrada en servicio es inminente.
La presencia simultánea de buques de guerra occidentales y las pruebas del portaaviones chino en el Estrecho de Taiwán subraya la compleja dinámica de seguridad en la región del Indo-Pacífico. Estos eventos ocurren en un contexto de crecientes presiones militares, económicas y diplomáticas de Pekín sobre Taiwán. La comunidad internacional insta a la moderación y al diálogo para resolver las disputas y evitar una escalada de tensiones.
El tránsito de buques de guerra de naciones aliadas a través del Estrecho de Taiwán se ha convertido en una práctica recurrente, vista por algunos como una afirmación del derecho internacional y la libertad de navegación, y por otros como una provocación. Estos ejercicios, que a menudo generan respuestas firmes por parte de China, reflejan la continua competencia estratégica en la región y la importancia de mantener la estabilidad en un punto neurálgico del comercio y la geopolítica mundial.