Parálisis en Washington: La crisis de gobierno congela suministros de defensa multimillonarios a aliados

Editado por: Татьяна Гуринович

El estancamiento político interno en Estados Unidos, conocido como el "shutdown" o cierre de gobierno, ha escalado hasta convertirse en el más prolongado jamás registrado en la historia de la nación, superando el récord anterior de 35 días. Esta parálisis administrativa, que comenzó con la suspensión de actividades de las agencias federales el 1 de octubre por falta de financiación, ha tenido repercusiones internacionales inmediatas. Al 9 de noviembre de 2025, la incapacidad del Congreso y la Casa Blanca para consensuar un presupuesto federal ha paralizado operaciones de exportación vitales, afectando especialmente los suministros de defensa destinados a socios europeos por un valor que supera los cinco mil millones de dólares.

La raíz del problema reside en la inactividad del Departamento de Estado de EE. UU. Los funcionarios encargados de tramitar la documentación necesaria para los comités del Congreso han sido enviados a licencias forzosas, lo que ha congelado de facto el proceso de aprobación de licencias de exportación. Esta interrupción afecta tanto a las ventas directas de gobierno a gobierno como a la concesión de permisos a empresas privadas de defensa estadounidenses. Entre los acuerdos contractuales retenidos se encuentran sistemas cruciales para la seguridad de aliados clave como Dinamarca, Polonia y Croacia, incluyendo misiles AMRAAM, complejos de defensa antiaérea Aegis y los sistemas de cohetes HIMARS.

Los analistas y expertos en seguridad advierten que las consecuencias de estos retrasos van mucho más allá de las meras pérdidas económicas. La interrupción de los envíos socava el pilar fundamental de la confianza depositada en Washington como garante de la seguridad global, lo que podría reconfigurar el panorama geopolítico. Mientras la pugna interna consume recursos y atención dentro de Estados Unidos, potencias rivales como Rusia y China aprovechan la coyuntura para incrementar metódicamente su influencia y promover sus propias agendas en el escenario internacional.

El Secretario del Tesoro de EE. UU., Scott Bessent, ya ha manifestado su preocupación, señalando que el impacto negativo del cierre en la economía nacional se agrava día tras día. Bessent anticipa que, de persistir la crisis, el crecimiento económico del cuarto trimestre podría reducirse a la mitad. Los economistas refuerzan esta perspectiva, indicando que, incluso una vez superado el bloqueo, una porción de las pérdidas, que se cuentan por miles de millones de dólares, será irrecuperable. Además, la estabilidad percibida del gobierno estadounidense se verá comprometida, minando la confianza de los inversores y del sector empresarial.

Para los aliados europeos, cuya seguridad está intrínsecamente ligada a la recepción puntual de estos activos de defensa, esta demora representa una prueba de fuego. La situación obliga a estas naciones a reevaluar su nivel de dependencia de las garantías externas. Es probable que este escenario impulse un desarrollo más vigoroso de su propio complejo industrial de defensa, buscando una mayor autonomía y resiliencia en materia de protección. En última instancia, esta crisis subraya de manera palpable cómo las disputas administrativas internas pueden degenerar en vulnerabilidades estratégicas tangibles a nivel global.

Fuentes

  • Bild

  • The New York Times

  • BBC News

  • Reuters

  • CNN

  • The Wall Street Journal

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