El 24 de agosto de 2025, la ciudad de Qingdao, en la provincia de Shandong, China, inauguró el primer edificio ultra de cero emisiones de carbono del mundo. Este hito arquitectónico, con 117 metros de altura y 23 plantas de oficinas, consume aproximadamente 6.000 kilovatios-hora de electricidad al día, marcando un avance significativo en la arquitectura sostenible y logrando una sustitución de energía verde del 100%.
El edificio integra muros cortina de vidrio fotovoltaico (BIPV) en sus fachadas este, sur y oeste. Estos paneles solares transparentes generan electricidad de corriente continua, cubriendo alrededor del 25% de las necesidades energéticas diarias del edificio y reduciendo las emisiones de dióxido de carbono en casi 500 toneladas métricas anuales. Esta tecnología BIPV no solo mejora la eficiencia energética, sino que también aporta un valor estético y funcional a la estructura, integrando la generación de energía limpia directamente en la envolvente del edificio.
En un enfoque pionero para el almacenamiento de energía, el edificio utiliza 14 baterías de vehículos eléctricos (VE) retiradas, conocidas como baterías de "segunda vida". Estas baterías almacenan el excedente de energía generado durante las horas de sol o adquirido de la red en horas de menor demanda. La energía almacenada se libera durante los picos de demanda o en momentos de baja radiación solar, garantizando un suministro energético equilibrado y rentable. El uso de baterías de segunda vida es una estrategia clave para la economía circular, ya que extiende la vida útil de los componentes de los VE y reduce los residuos electrónicos.
La eficiencia operativa del edificio se optimiza aún más mediante casi 24.000 micro-sensores que han sustituido a los interruptores convencionales. Estos sensores permiten el control automatizado de la iluminación, los sistemas de aire acondicionado y los ascensores, mejorando la comodidad de los ocupantes y minimizando el consumo energético. Yu Dexiang, presidente de TELD New Energy, señaló que la digitalización, que integra inteligencia artificial e Internet de las Cosas (IoT), es fundamental para la gestión energética de los edificios modernos. Según él, el consumo de electricidad verde puede ahorrar aproximadamente 2.500 toneladas de emisiones de carbono al año, y la digitalización ha reducido los costes de inversión en un 20-30%, aumentado la eficiencia operativa en un 30% y disminuido el consumo energético en aproximadamente un 30%.
Este innovador edificio ejemplifica la convergencia de la arquitectura de vanguardia, las soluciones de energía renovable y la tecnología digital. Establece un nuevo estándar para el desarrollo urbano sostenible, demostrando el potencial para lograr la neutralidad de carbono. La inauguración subraya el compromiso de China con el desarrollo sostenible y su liderazgo en tecnologías verdes, sirviendo como modelo para la planificación y construcción urbana futura.