Polonia se encuentra en un momento crucial de su transformación energética, marcando un hito significativo con la próxima construcción de su primer reactor modular pequeño (SMR) en Włocławek. Este proyecto, liderado por la gigante energética estatal Orlen en colaboración con Synthos Green Energy a través de su empresa conjunta Orlen Synthos Green Energy (OSGE), representa un avance estratégico en la transición del país desde una dependencia del carbón hacia fuentes de energía más limpias y sostenibles.
El reactor elegido para esta iniciativa pionera es el BWRX-300, una tecnología avanzada desarrollada por GE Vernova. Este modelo de SMR se distingue por sus robustas características de seguridad y su notable eficiencia operativa. La selección del sitio en Włocławek se basó en rigurosos estudios geológicos y evaluaciones de impacto ambiental, asegurando una base sólida para el desarrollo del proyecto. Ireneusz Fąfara, CEO de Orlen, ha subrayado la importancia de esta empresa, afirmando que "estamos construyendo la energía del mañana".
La visión de Orlen es ambiciosa: para el año 2035, la compañía aspira a tener al menos dos SMRs en funcionamiento, sumando una capacidad total de 0.6 gigavatios. Esta estrategia se alinea directamente con los objetivos nacionales de Polonia para reducir la dependencia de los combustibles fósiles y disminuir significativamente sus emisiones de carbono, un paso esencial para cumplir con los objetivos climáticos de la Unión Europea.
El reactor BWRX-300, con una capacidad de 300 MWe, es un diseño de refrigeración por agua que utiliza circulación natural y sistemas de seguridad pasivos. Su diseño se fundamenta en la base de licencia y diseño del reactor de agua en ebullición ESBWR de GE Vernova, certificado por la Comisión Reguladora Nuclear de EE. UU. Esta combinación tecnológica posiciona al BWRX-300 como una fuente de energía de carga base innovadora y libre de carbono.
La construcción de este SMR en Włocławek no solo impulsará la modernización de la red energética polaca, sino que también se espera que genere un impacto económico positivo considerable. La creación de numerosos empleos locales y el estímulo al crecimiento económico regional son beneficios esperados, con una contribución anual significativa al valor bruto generado en la zona.
Este proyecto sienta un precedente importante para otras naciones europeas que exploran activamente la adopción de tecnologías SMR. El panorama energético europeo está experimentando un cambio de paradigma, con un creciente interés en los SMRs como solución para la descarbonización y la seguridad energética. Países como Finlandia y Suecia también están avanzando en la implementación de reactores modulares, reconociendo su potencial para complementar las fuentes renovables y asegurar un suministro energético estable. La experiencia de Polonia con el BWRX-300 se suma a este movimiento global hacia soluciones nucleares más pequeñas y flexibles.