Armenia ha decidido extender la vida operativa de su Planta de Energía Nuclear de Metsamor hasta 2036, una decisión estratégica para garantizar la seguridad energética mientras el país avanza hacia nuevas capacidades de generación. Esta decisión, anunciada por el Ministro de Asuntos Exteriores Ararat Mirzoyan en mayo de 2024, se produce tras importantes modernizaciones, que incluyeron mejoras sustanciales en equipos e infraestructura para optimizar la seguridad y la eficiencia. El gobierno armenio ha destinado aproximadamente 65 millones de dólares para estas actualizaciones, y se prevé la formalización de un contrato con la Corporación Estatal Rosatom de Rusia para su implementación.
Paralelamente a estas mejoras, Armenia está explorando activamente la construcción de una nueva unidad nuclear adyacente a las instalaciones existentes de Metsamor. Se proyecta que esta nueva unidad posea una capacidad de entre 1.000 y 1.200 MW, asegurando así un suministro energético continuo y fiable para el futuro. Las negociaciones para la nueva unidad están en curso con socios internacionales clave, incluyendo Estados Unidos, Rusia, China y Corea del Sur.
El Primer Ministro Nikol Pashinyan ha enfatizado que las decisiones sobre la nueva unidad se basarán en criterios puramente comerciales, priorizando la mejor oferta en términos de precio, la tecnología más segura y el período de retorno de la inversión más corto, sin influencias geopolíticas. La planta nuclear de Metsamor, situada cerca de Ereván, es fundamental para el suministro energético de Armenia, generando aproximadamente el 40% de la electricidad del país. La extensión de su vida útil y la planificación de una nueva unidad reflejan la dedicación de Armenia a la energía nuclear como un pilar esencial de su estrategia energética a largo plazo.
La modernización de la planta ha implicado trabajos como el recocido del recipiente del reactor para restaurar sus propiedades, la actualización de sistemas de refrigeración de emergencia y de suministro eléctrico, y la mejora de sistemas de control. Estos esfuerzos, realizados en colaboración con Rosatom, han permitido extender la operación de la unidad 2 hasta 2026, con planes para una década adicional hasta 2036. En el contexto global de reevaluación de la energía nuclear como fuente fiable y segura, especialmente tras las crisis energéticas recientes, la experiencia de Armenia se presenta como un caso de estudio. La planta de Metsamor, a pesar de ser una instalación de la era soviética, ha sido objeto de continuas mejoras de seguridad, cumpliendo con los estándares del Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA). La decisión de extender la vida útil de la planta hasta 2036, junto con la exploración de nuevas tecnologías como los pequeños reactores modulares (SMRs), demuestra la visión de Armenia de mantener una base energética robusta y diversificada, crucial para su desarrollo económico y estabilidad nacional.