Modelo de la NASA para este evento, en el que se marca la ubicación de 3i/ATLAS y el movimiento de la eyección CME.
Poderosa eyección solar impactará el objeto interestelar 3I/ATLAS: Un evento único en la cara oculta del Sol
Autor: Uliana S.
Poderosa eyección solar impactará el objeto interestelar 3I/ATLAS: Un evento único en la cara oculta del Sol
La comunidad científica internacional se encuentra en vilo, anticipando un fenómeno astronómico de proporciones singulares que promete arrojar luz sobre la resistencia de los cuerpos celestes. Dentro de solo dos días, marcando el 21 de noviembre a las 12:00 UTC, una colosal y densa nube de plasma solar está programada para alcanzar y golpear directamente al objeto interestelar conocido como 3I/ATLAS. Este suceso reviste un interés científico extraordinario, ya que, según los registros, no es la primera vez que este visitante cósmico es objeto de un 'bombardeo' directo de material solar durante el transcurso del último mes. Esta recurrencia ofrece a los investigadores planetarios y astrofísicos una oportunidad excepcional, casi irrepetible, para estudiar en detalle cómo reacciona un cuerpo proveniente de fuera de nuestro vecindario estelar ante las condiciones extremas y altamente energéticas del clima espacial.
El origen de este impacto se remonta a una potente eyección de masa coronal (CME) que fue registrada el pasado 17 de noviembre. Lo que hace particularmente notable a este evento es que la explosión solar se produjo en la cara oculta del Sol, una región que generalmente permanece fuera de la observación directa desde la Tierra. A pesar de su ubicación remota, especialistas en física solar se encargaron de modelar minuciosamente la trayectoria y la velocidad del evento. Los cálculos confirmaron que el flujo de plasma se dirige con una precisión asombrosa hacia 3I/ATLAS, el cual se encuentra orbitando actualmente a una distancia considerable: aproximadamente 230 millones de kilómetros de la estrella central. El extenso tiempo de tránsito de la eyección —cercano a los cuatro días completos— sirvió como una verificación crucial de la lejanía calculada y la velocidad relativa del objeto interestelar.
La singularidad del encuentro inminente radica intrínsecamente en la propia naturaleza y procedencia de 3I/ATLAS. A diferencia de los cometas y asteroides que residen permanentemente en nuestro Sistema Solar, los cuales están habituados y adaptados a la radiación y el viento solar constante, para 3I/ATLAS, un viajero interestelar, esta interacción podría ser, potencialmente, la primera de su tipo en toda su milenaria travesía cósmica. Es importante recordar que, tras una serie previa de impactos ocurridos en octubre, los astrónomos ya habían notado cambios inesperados y fascinantes en el objeto. Estos incluían una corrección perceptible en su trayectoria orbital y, lo que es más intrigante para los observadores, un significativo aumento en su brillo aparente, sugiriendo una liberación de material volátil.
La posibilidad actual de monitorear este objeto desde la Tierra, a pesar de su distancia, añade una capa de urgencia y valor científico a las observaciones planificadas. Los astrónomos están concentrando todos sus esfuerzos y recursos en capturar y documentar las consecuencias detalladas del impacto en los días inmediatamente posteriores al 21 de noviembre. Aunque la baja resolución de los telescopios terrestres y la posición del objeto plantean desafíos técnicos significativos, la esperanza de obtener datos concretos sobre la interacción es alta. Incluso si la información recopilada resulta ser parcial o limitada, cualquier registro sobre la reacción de 3I/ATLAS a esta segunda exposición al material solar posee un valor científico sin precedentes para la ciencia planetaria.
Recopilar estos datos es absolutamente fundamental para ampliar nuestra comprensión sobre la evolución y la composición de los cuerpos menores que viajan a través de la inmensidad de la Galaxia. Estudiar cómo un objeto prístino, ajeno a la influencia solar durante eones, responde a estas fuerzas extremas, proporciona claves esenciales sobre los procesos físicos y químicos que moldean la materia cósmica en diferentes entornos estelares. Este evento no solo representa un espectáculo astronómico de primer orden, sino también una ventana única hacia la dinámica del espacio profundo, confirmando la importancia de seguir observando a 3I/ATLAS mientras continúa su paso fugaz por nuestro sistema solar.
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