La Tierra experimentó la tormenta geomagnética G4 más intensa de 2025, provocando auroras en latitudes bajas
Editado por: Uliana S.
Entre el miércoles 12 y el jueves 13 de noviembre de 2025, nuestro planeta fue golpeado por una tormenta geomagnética de una potencia excepcional, alcanzando la clasificación G4 según la escala de la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica (NOAA). Este suceso se consolidó como el más fuerte registrado en lo que va del año. Aunque no se alcanzó el nivel máximo G5 previsto, el índice Kp pico se situó en las marcas G4.3–G4.7. El fenómeno fue desencadenado por una serie de intensas erupciones solares, destacando una llamarada de clase X1.7 que ocurrió previamente, el 9 de noviembre.
Aurora desde la Estación Espacial Internacional
Científicos del Laboratorio de Astronomía Solar IKI RAS y del ISZF SO RAS señalaron que la fuerza anómala de la tormenta fue el resultado de un fenómeno conocido como el «doble impacto». Dos eyecciones de masa coronal (EMC) que se produjeron consecutivamente el 9 y el 10 de noviembre se fusionaron durante su trayecto hacia la Tierra. La eyección posterior, al ser más rápida, comprimió y aceleró las nubes de plasma anteriores, generando una estructura única, más densa y veloz. Esta dinámica modificó las previsiones iniciales que apuntaban a un nivel G3–G4, magnificando el impacto sobre la magnetosfera terrestre.
Mensajes desde la МКС: grabación de audio de una conversación sobre los planes para garantizar la seguridad de los astronautas en la МКС durante una intensa tormenta de radiación.
La consecuencia directa de este evento cósmico fue la expansión del óvalo auroral, permitiendo que las auroras boreales (Aurora Borealis) fueran visibles en latitudes donde su aparición es extremadamente rara. En Europa, por ejemplo, se documentaron Auroras Rojas Estables (SAR) en Cataluña, España, un fenómeno atípico para latitudes medias. En Estados Unidos, el espectáculo de luces fue visible en al menos 21 estados, abarcando un vasto territorio que se extendió desde Alaska hasta Florida y Alabama.
Paralelamente a los efectos visuales, la Agencia Espacial Europea (ESA) y la NOAA emitieron alertas sobre los riesgos potenciales para la infraestructura tecnológica global. Las perturbaciones geomagnéticas de nivel G4 incrementan significativamente la probabilidad de interferencias en los sistemas de navegación por satélite y pueden provocar fallos en las redes eléctricas terrestres, especialmente en las regiones septentrionales. Los especialistas de la NOAA mantuvieron una vigilancia constante, ya que existía la posibilidad de que la tormenta escalara al nivel G5.
A pesar de las amenazas tecnológicas, es importante destacar que no existe un peligro biológico directo para la población general. No obstante, las personas meteorosensibles y aquellas con enfermedades crónicas del sistema cardiovascular y nervioso podrían haber experimentado los efectos de las perturbaciones, manifestados en dolores de cabeza o fluctuaciones en la presión arterial. Esta es una reacción común ante la inestabilidad geomagnética.
Los científicos indicaron que, tras superar el pico el 12 de noviembre, la actividad comenzó a disminuir. Se espera una estabilización prolongada de la magnetosfera, dado que los centros activos en el Sol se han alejado de la línea Sol-Tierra. Aunque la probabilidad de nuevas perturbaciones intensas se considera baja hasta finales de noviembre, se recomienda a los operadores de infraestructura crítica y a la población en general mantener la vigilancia, asegurando la resiliencia de los sistemas ante cualquier eventualidad residual.
Fuentes
LaSexta
El País
El País
El País
AS
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