Intensa Actividad Solar: Llamaradas M5.0 y M3.5 Desafían la Vigilancia Terrestre

Editado por: gaya ❤️ one

Erupción solar del 4 de noviembre

Un reciente episodio de intensa actividad solar ha puesto de relieve la compleja interacción entre nuestro Sol y el campo electromagnético terrestre. La detección de varias erupciones solares, incluyendo un evento de magnitud M3.5 y un estallido posterior clasificado como M5.0, subraya un periodo de notable agitación cósmica que requiere una observación atenta desde nuestro planeta.

El registro inicial de esta oleada de energía se produjo el 4 de noviembre de 2025, a las 04:48, hora de Moscú. Esta llamarada, con coordenadas N22E72, alcanzó una potencia M3.5 y se mantuvo activa durante veinticinco minutos. Sin embargo, la energía acumulada culminó en un evento más robusto: una llamarada M5.0, observada el 3 de noviembre de 2025, marcando la más potente registrada desde finales de septiembre. La clasificación de estas erupciones, que va de la clase A a la X, donde cada escalón implica un aumento de potencia de diez veces en la emisión de rayos X, proporciona a los científicos una métrica esencial para evaluar el impacto potencial.

El Laboratorio de Astronomía Solar del IKI RAN (Instituto de Investigación Espacial de la Academia Rusa de Ciencias) ha liderado la monitorización de estos fenómenos. Su análisis preliminar indica que, si bien las eyecciones de plasma asociadas a estos centros activos se encuentran actualmente desviadas de la Tierra, la evolución de estas regiones solares podría empezar a influir en el campo geomagnético terrestre en los próximos días. La probabilidad de tormentas geomagnéticas se elevó significativamente entre el 3 y el 5 de noviembre, un periodo de alta sensibilidad para la infraestructura tecnológica.

La relevancia de estos sucesos trasciende la astronomía, ya que las erupciones solares y sus consecuentes eyecciones de masa coronal (CME) representan un desafío tangible para la tecnología moderna. Sistemas de comunicación por satélite, redes de navegación y, de forma crítica, las redes eléctricas terrestres, son vulnerables a las perturbaciones geomagnéticas. La gestión de estas fluctuaciones depende de una previsión precisa para mantener la estabilidad operativa.

La comunidad científica internacional, incluyendo a la NASA, ha subrayado la importancia de comprender la dinámica del actual ciclo solar, el Ciclo 25, que se encuentra en ascenso hacia su máximo. Aunque las predicciones iniciales situaban el pico para finales de 2024 o principios de 2025, eventos como el M5.0 demuestran que la actividad puede ser errática y potente en cualquier momento. Este patrón de actividad reforzada exige una reevaluación continua de los protocolos de protección espacial y el desarrollo de sistemas más resilientes a las ráfagas de radiación.

La aparente disparidad en las fechas reportadas para las dos llamaradas principales (M3.5 el 4 de noviembre y M5.0 el 3 de noviembre) subraya la complejidad de rastrear eventos a millones de kilómetros y la necesidad de consolidar datos para una narrativa temporal coherente. La recomendación de los especialistas es mantener una vigilancia activa y preparar medidas de mitigación, reconociendo que estos sucesos cósmicos son catalizadores para mejorar nuestra preparación tecnológica.

Fuentes

  • Oxu.Az

  • РБК

  • РИА Новости

  • 56orb.ru

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