Científicos de la Universidad de Linköping en Suecia han desarrollado un método innovador que podría transformar el tratamiento de las quemaduras, permitiendo la curación sin la formación de tejido cicatricial. Esta técnica pionera, descrita como "piel en una jeringa", utiliza un gel especializado que contiene células vivas, diseñado para fomentar la regeneración de la dermis, la capa más profunda de la piel, en lugar de la epidermis únicamente.
El enfoque se basa en la combinación de células de fibroblastos, las células más comunes de la dermis, cultivadas en pequeñas esferas porosas de gelatina. Estas esferas actúan como un andamio, similar al colágeno de la piel, proporcionando soporte para el crecimiento celular. Este material se mezcla luego con un gel de ácido hialurónico, un componente natural del cuerpo, y se une mediante "click chemistry". El resultado es un gel que se mantiene líquido bajo presión ligera, permitiendo su aplicación a través de una jeringa o incluso su impresión en 3D para crear injertos de piel.
Una vez aplicado a una herida, el gel recupera su consistencia gelatinosa, facilitando la curación. Este avance es parte de un proyecto de investigación más amplio en la Universidad de Linköping, centrado en mejorar el tratamiento de heridas crónicas y quemaduras. La investigación sueca, que ha recibido financiación de diversas fundaciones, busca combinar tecnología avanzada con investigación clínica para ofrecer soluciones efectivas y sostenibles a pacientes con lesiones cutáneas graves.
Un estudio publicado en Advanced Healthcare Materials detalla cómo este bioink granular bifásico, con una alta densidad celular, se integra mejor que los injertos de piel tradicionales y fomenta la formación de nuevos vasos sanguíneos, un paso vital en la regeneración de tejidos. Los métodos actuales para tratar quemaduras graves a menudo implican el trasplante de la epidermis, la capa externa de la piel, que está compuesta principalmente por un solo tipo de célula. Si bien esto cubre la herida, frecuentemente resulta en cicatrices significativas.
La nueva técnica sueca, en cambio, tiene como objetivo replicar la dermis, una capa más compleja que contiene vasos sanguíneos, nervios y folículos pilosos, esenciales para la función y elasticidad de la piel. Los investigadores creen que al trasplantar los "bloques de construcción" celulares, el propio cuerpo puede generar la dermis. Este desarrollo representa un avance significativo en la medicina regenerativa.
Si bien la aplicación clínica generalizada se estima entre 10 y 15 años, la investigación inicial en modelos de ratón ha mostrado resultados prometedores. La capacidad de este gel para promover la regeneración de la dermis y reducir la formación de tejido cicatricial ofrece una esperanza tangible para mejorar la calidad de vida de los pacientes que sufren quemaduras y otras lesiones cutáneas graves, permitiéndoles una recuperación más completa y funcional.