Biomarcadores sanguíneos abren una nueva era en el diagnóstico rápido de la epilepsia

Editado por: Maria Sagir

En octubre de 2025, la comunidad científica recibió una confirmación significativa que podría revolucionar el diagnóstico de la epilepsia: la clave reside en un simple análisis de sangre. Una esperanza tangible para millones de afectados. Un equipo multidisciplinario, compuesto por expertos del CONICET, la Fundación Instituto Leloir (FIL) y el Hospital Italiano de Buenos Aires, identificó alteraciones sustanciales en el perfil metabólico de los pacientes. Este hallazgo crucial abre la puerta al desarrollo de pruebas rápidas y accesibles, cuya sencillez sería comparable a la medición de los niveles de glucosa en la sangre.

Para llevar a cabo esta investigación pionera, los científicos examinaron meticulosamente muestras de suero. Emplearon la espectroscopía de resonancia magnética nuclear (RMN) de alta precisión, operando a una frecuencia de 600 MHz, una técnica que garantizó una alta fiabilidad y reproducibilidad de las mediciones. El estudio incluyó el análisis de muestras obtenidas de 32 pacientes, tanto antes como después de un episodio epiléptico, y se contrastaron rigurosamente con las de 28 voluntarios sanos que sirvieron como grupo de control. El resultado fue la identificación de 14 metabolitos distintos cuyos niveles se modificaban de manera detectable en el torrente sanguíneo.

De particular relevancia clínica es el descubrimiento de que siete de estos compuestos exhibieron una dinámica notable justo en los periodos inmediatamente anteriores o posteriores a la manifestación de la crisis epiléptica. Martín Arán, investigador principal del CONICET, señaló que estos datos no solo sientan las bases para el desarrollo de enfoques terapéuticos personalizados, sino que también aceleran la llegada de kits de diagnóstico rápido al mercado. Por su parte, el neurólogo Juan Carlos Ávalos del Hospital Italiano, coautor del trabajo, destacó que la implementación de una prueba tan veloz tiene el potencial de optimizar drásticamente la gestión del tratamiento para muchas personas que viven con esta condición crónica.

Leonardo Pellizza, también miembro del CONICET, resaltó la fructífera sinergia entre la ciencia básica y la investigación clínica, un factor clave que permitió la publicación de resultados tan significativos para la práctica médica. La investigación se llevó a cabo en las condiciones controladas de la unidad de video-EEG del Hospital Italiano, demostrando cómo una comprensión profunda de los procesos internos del cuerpo puede actuar como catalizador de mejoras sustanciales en la atención sanitaria. Los científicos se concentraron específicamente en las señales bioquímicas que preceden al evento, ofreciendo una herramienta prometedora para un reconocimiento más temprano y, consecuentemente, una intervención médica más oportuna.

Este descubrimiento de biomarcadores se inscribe en un contexto más amplio de avances en la investigación sobre la epilepsia. Las indagaciones contemporáneas también abarcan el desarrollo de tecnologías de monitorización, como los dispositivos portátiles, que han demostrado ser capaces de detectar crisis tónico-clónicas con una precisión que oscila entre el 94% y el 96%. Además, durante 2025 se ha observado una tendencia hacia la actualización de las clasificaciones por parte de la Liga Internacional Contra la Epilepsia (ILAE), buscando estandarizar el manejo de los pacientes a nivel global. La identificación de estos marcadores biológicos forma parte integral del movimiento hacia la medicina personalizada, reorientando el enfoque desde el simple control de los síntomas hacia la comprensión de los mecanismos internos que subyacen a la enfermedad.

Fuentes

  • InfoFueguina.com

  • Consultor Salud

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