El Telescopio Espacial Hubble de la NASA ha observado un evento cósmico sin precedentes a unos 260 años luz de la Tierra: una enana blanca, el remanente denso de una estrella agotada, está consumiendo un fragmento de un objeto similar a Plutón. Este fenómeno ofrece una visión del futuro potencial de nuestro Sistema Solar, mostrando cómo las estrellas al final de su vida interactúan con los restos de sus sistemas planetarios.
Las enanas blancas son los núcleos ultra-densos de estrellas que han agotado su combustible nuclear. La enana blanca en cuestión, con aproximadamente la mitad de la masa del Sol pero comprimida en una esfera del tamaño de la Tierra, ha atraído recientemente un cuerpo helado y rico en volátiles, similar a los objetos del Cinturón de Kuiper. La intensa gravedad de la enana blanca desgarró este objeto, y los instrumentos del Hubble detectaron un rastro químico que indicaba sus fríos y distantes orígenes.
El análisis del espectrógrafo de Orígenes Cósmicos del Hubble reveló que los escombros contenían aproximadamente un 64% de hielo de agua y eran ricos en carbono, azufre y nitrógeno. La alta proporción de nitrógeno, la más detectada hasta la fecha en sistemas de escombros de enanas blancas, coincide con los componentes encontrados en Plutón, sugiriendo que la estrella moribunda consumió la corteza y el manto de un gran planeta enano helado. Snehalata Sahu de la Universidad de Warwick destacó que este hallazgo redefine la comprensión sobre el destino de los sistemas planetarios a medida que las estrellas envejecen.
Este evento es una previsualización de lo que podría ocurrir en miles de millones de años, cuando nuestro Sol agote su combustible, colapse y comience a consumir objetos de las regiones frías de nuestro sistema planetario. Los científicos anticipan que futuras observaciones, incluyendo las del Telescopio Espacial James Webb, proporcionarán más detalles sobre las huellas químicas de estos finales estelares dramáticos. La investigación, publicada en las Monthly Notices of the Royal Astronomical Society, subraya la naturaleza caótica e impredecible de estos sistemas estelares en sus etapas finales.
La gravedad de las enanas blancas puede desgarrar cuerpos planetarios, convirtiéndolos en polvo que luego es acrecentado por la estrella. Esto permite a los científicos determinar la composición de los cuerpos originales. Los estudios de sistemas planetarios alrededor de enanas blancas ofrecen una ventana a la composición y los procesos físicos de los planetas menores, como asteroides y cometas, que de otro modo no serían accesibles.