La flora aromática cubana aplicada en la prevención de enfermedades transmitidas por mosquitos

Editado por: Anulyazolotko Anulyazolotko

Ante la amenaza constante a la salud pública que representan los mosquitos, vectores de enfermedades devastadoras como el Dengue y el Zika, Cuba está recurriendo a la sabiduría ancestral inherente a su flora autóctona. Esta búsqueda de métodos tradicionales, ahora reforzada por la investigación científica, está delineando nuevas estrategias para la protección de la población contra estas patologías. El objetivo es aprovechar los recursos naturales disponibles para mitigar los riesgos sanitarios.

El foco de atención se ha puesto en especies vegetales que poseen marcadas propiedades aromáticas, cuyas capacidades repelentes han sido valoradas durante siglos en diversas culturas. Las indagaciones científicas actuales corroboran la existencia de compuestos en estas plantas capaces de ahuyentar a los insectos. Entre las variedades cruciales se encuentran la Albahaca (Ocimum basilicum), conocida por su eficacia para mantener a raya a los “huéspedes no deseados” cerca de las entradas, y la Hierba Limón o Citronela de la India (Cymbopogon citratus). La Citronela (Cymbopogon nardus) sigue siendo una barrera natural reconocida a nivel mundial, frecuentemente utilizada en forma de aceites esenciales. Además, la Lavanda (Lavandula angustifolia) ofrece un beneficio dual, combinando un efecto calmante con la capacidad de repeler plagas.

Los investigadores cubanos están concentrando sus esfuerzos en idear formas prácticas para la aplicación de estos extractos vegetales. Esto incluye la formulación de infusiones acuosas o extractos hidroalcohólicos destinados a la aplicación directa sobre la piel expuesta. Este método representa una alternativa más limpia desde el punto de vista ecológico y más rentable económicamente en comparación con los productos sintéticos de protección. Sin embargo, las autoridades sanitarias enfatizan que estas soluciones botánicas no deben considerarse un sustituto de las estrictas normas de saneamiento ni, fundamentalmente, de la eliminación sistemática de los criaderos de mosquitos. Solo una estrategia integral y multifacética puede garantizar el control efectivo de la población de vectores.

La experiencia global indica que la efectividad de los repelentes naturales puede fluctuar considerablemente. Por ejemplo, estudios realizados en otras latitudes han revelado que, entre los productos de aplicación corporal, solo el dietiltoluamida (DEET) y el aceite esencial de eucalipto limón (Corymbia citriodora) lograron una reducción significativa en el número de mosquitos que se acercaban a un metro de distancia, disminuyendo su presencia en un 60%. Esto recalca la necesidad crítica de no solo seleccionar la planta adecuada, sino también de asegurar la concentración y el método de aplicación correctos. Adicionalmente, plantas como el Tanaceto contienen una sustancia conocida como piretrina, que resulta extremadamente desagradable para los insectos, lo que subraya el amplio espectro de componentes activos que la ciencia aún debe catalogar y optimizar.

La búsqueda de la armonía con el entorno mediante el aprovechamiento de los recursos locales es un testimonio de una comprensión profunda de las interconexiones ecológicas. Optar por infusiones vegetales en lugar de productos químicos agresivos refleja un compromiso con una interacción más pura con el mundo. En este contexto, la salud y el bienestar de la comunidad dependen de una elección consciente que favorece los flujos y soluciones que ofrece la naturaleza, promoviendo un futuro más sostenible y saludable para todos.

Fuentes

  • Cubadebate

  • Gente Cuba

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