MeerKAT Confirma el Origen Natural del Cometa Interestelar 3I/ATLAS Mediante Detección de Hidroxilo

El velo de la incertidumbre se ha levantado sobre el enigmático cometa interestelar 3I/ATLAS, formalmente conocido como C/2025 N1 (ATLAS). Observaciones precisas realizadas desde el radiotelescopio MeerKAT, ubicado en Sudáfrica y compuesto por 64 antenas de 13,5 metros cada una, han proporcionado evidencia irrefutable que ancla a este viajero cósmico en el reino de lo natural, poniendo fin a un periodo de intensa especulación que incluso había sugerido un posible origen artificial para el objeto.

El cometa fue avistado por primera vez el 1 de julio de 2025, gracias al sondeo ATLAS con base en Chile, revelando inmediatamente una trayectoria hiperbólica que señalaba su procedencia desde más allá de nuestro vecindario solar. Esto lo consagra como el tercer visitante interestelar confirmado en nuestro sistema, siguiendo a 1I/’Oumuamua en 2017 y 2I/Borisov en 2019. La naturaleza de su impulso permaneció en suspenso hasta que se logró la confirmación molecular.

El elemento crucial para esta confirmación fue la captura de líneas de absorción de hidroxilo (OH) en las frecuencias de 1665 MHz y 1667 MHz. Estas resonancias son el eco inequívoco de la sublimación del núcleo helado del cometa al acercarse al Sol, liberando gas que se disocia en hidrógeno y oxígeno. La detección se materializó el 24 de octubre de 2025, apenas cinco días antes de que el cometa alcanzara su perihelio, su paso más cercano al Sol, ocurrido el 29 de octubre de 2025. Intentos previos, como los del 20 y 28 de septiembre, resultaron infructuosos, probablemente porque el objeto se encontraba aún demasiado distante del astro rey para exhibir una actividad gaseosa detectable.

Esta evidencia molecular establece una continuidad con los fenómenos conocidos, ofreciendo una perspectiva de orden en el cosmos. El astrofísico Avi Loeb, quien había explorado la posibilidad de tecnología a bordo, reconoció la importancia de esta detección de OH, aunque subrayó la necesidad de un seguimiento continuo. Cabe destacar que la dirección de llegada del cometa coincidía notablemente con la de la famosa Señal Wow! de 1977, lo que alimentó el debate sobre explicaciones menos convencionales.

Para los observadores terrestres, el evento de mayor proximidad a nuestro planeta será el 19 de diciembre de 2025, cuando se situará a unas 1.8 unidades astronómicas, aproximadamente 270 millones de kilómetros. Este encuentro cercano, sin riesgo alguno para la Tierra, se presenta como una oportunidad singular para enfocar la atención en estos mensajeros que nos visitan desde otros soles.