Las vastas praderas de Saskatchewan se han transformado en un vibrante escenario con la llegada de las majestuosas grullas blancas (Whooping cranes) durante su migración anual. Estas aves, reconocibles por su imponente altura y plumaje blanco puro, emprenden un viaje desde el Parque Nacional Wood Buffalo hasta el Golfo de México, haciendo de los humedales de Saskatchewan un punto de parada crucial para su descanso y sustento.
La migración de 2025 está en pleno apogeo, y organizaciones como Living Sky Wildlife Rehabilitation ofrecen oportunidades únicas para observar tanto a las grullas blancas como a las grullas canadienses (Sandhill cranes). Los mejores momentos para avistar a las grullas blancas en Saskatchewan se extienden desde el 20 de septiembre hasta el 20 de octubre. Las empresas Meadowlark Birding Tours y Nature Across Canada también organizan expediciones durante septiembre y octubre para contemplar este fenómeno natural.
Gracias a décadas de esfuerzos de conservación, la población de grullas blancas ha experimentado una notable recuperación. De un mínimo histórico de 14 individuos, su número ha crecido hasta aproximadamente 550 en Canadá, y se estima que la población total en América del Norte ronda los 699 individuos en 2023. La población del sistema Aransas-Wood Buffalo es la única autosostenible. A pesar de estos éxitos, la especie aún enfrenta desafíos como una baja tasa de reproducción y la vulnerabilidad a factores como el desarrollo de infraestructuras y el cambio climático.
Los humedales de Saskatchewan, formados durante la Edad de Hielo, son vitales para la migración de estas aves, actuando como filtros de agua y hábitat para cientos de especies. Sin embargo, la creciente urbanización y las políticas de drenaje amenazan la existencia de estos ecosistemas, de los cuales ya ha desaparecido el 50% de su superficie, lo que representa una seria preocupación para la conservación de la biodiversidad.
Los entusiastas que deseen presenciar esta maravilla natural pueden unirse a tours guiados por expertos. La temporada de observación se considera óptima entre el 20 de septiembre y el 20 de octubre, con fechas específicas como finales de septiembre ideales para los colores otoñales y mediados de octubre para las mejores condiciones fotográficas.