El Contraste Funcional entre Bitcoin y Ethereum: Dinámica de Mercado al 16 de Noviembre de 2025

Al llegar el 16 de noviembre de 2025, la dinámica del mercado de criptomonedas sigue marcada por la divergencia funcional intrínseca entre Bitcoin (BTC) y Ethereum (ETH). Bitcoin mantiene su rol consolidado como el 'oro digital', centrado en la escasez y la preservación de valor. Esta función se refleja en la estabilidad de sus costes operativos, evidenciada por una comisión media de transacción relativamente baja de $1.74 a lo largo de 2025. Por otro lado, Ethereum opera como el cimiento infraestructural clave para las aplicaciones descentralizadas (dApps) y los contratos inteligentes, lo que naturalmente impulsa un volumen transaccional superior en su red.

Los indicadores de mercado para la fecha señalada ilustran claramente esta distinción de roles. El precio de Bitcoin el 16 de noviembre de 2025 se situó en $95,627, registrando una mínima contracción diaria del -0.17%, moviéndose en un rango estrecho entre $94,859 y $96,694. Este comportamiento contrasta con el de Ethereum, cuya cotización alcanzó los $3,179.26, anotando un ligero incremento diario del +0.24% y marcando un máximo intradiario de $3,226.75.

Es importante contextualizar que, previamente, ETH había demostrado un impulso significativo. El 30 de octubre de 2025, la criptomoneda alcanzó un pico notable de $3,825.65, lo que representó un aumento del 7.73% respecto al día anterior, subrayando la volatilidad y el potencial de crecimiento rápido inherente a su naturaleza utilitaria.

Un factor determinante en la eficiencia operativa de Ethereum es la migración tecnológica hacia las soluciones de Capa 2 (Layer 2). Los datos de 2025 indican que protocolos como Arbitrum y Optimism están gestionando el 63% del total de las transacciones de Ethereum, lo que ha reducido drásticamente los costes operativos de la capa base. La comisión media de gas de Ethereum se mantuvo en solo $0.38 durante 2025. En septiembre de 2025, Arbitrum reportó un Valor Total Bloqueado (TVL) de $19.21 mil millones y era capaz de procesar hasta 4,500 transacciones por segundo (TPS), una cifra que empequeñece las aproximadamente 25 TPS que maneja la red base de Ethereum L1.

El contexto histórico también respalda las particularidades estacionales de ETH. Tradicionalmente, noviembre ha sido un mes favorable para Ethereum. Durante los últimos ocho años, la ganancia media de Ethereum en noviembre ha sido del 6.93%, destacando el repunte del 47.4% registrado en noviembre de 2024. En comparación, los datos históricos de Bitcoin desde 2013 muestran un rendimiento medio en noviembre del +42.49% (con una mediana del +8.81%), mientras que Ethereum, desde 2016, ha promediado un crecimiento del +7.08% (con una mediana del +3.94%) en el mismo mes.

Los flujos institucionales durante 2025 acentúan la diferente percepción de ambos activos. A pesar de que el 6.7% del suministro de Bitcoin se encuentra en ETFs, la moneda ha enfrentado salidas de capital, como los $191 millones retirados de ETFs spot según Farside Investors. En contraste, Ethereum ha gozado de una demanda institucional sostenida. Firmas de tesorería, según un informe de Binance Research de octubre de 2025, habían acumulado el 5% del suministro total de ETH, viéndolo como un activo generador de rendimiento a través del staking, donde el 25% del suministro total estaba bloqueado a finales de 2025.

En resumen, a mediados de noviembre de 2025, persiste una clara dicotomía: Bitcoin funciona como un ancla macroeconómica y depósito de valor, mientras que Ethereum, gracias a su infraestructura utilitaria y el respaldo de la escalabilidad L2, se posiciona como un activo estratégico para la innovación y la diversificación de carteras. Los inversores deben sopesar estas características en función de su tolerancia al riesgo dentro de este paisaje digital en constante maduración.