La gestión del dolor crónico en la tercera edad: El papel crucial de las mascotas como estrategia no farmacológica
Editado por: Екатерина С.
La convivencia con animales de compañía, como perros y gatos, ha demostrado ser sumamente beneficiosa para las personas mayores que padecen síndromes de dolor crónico. Investigaciones científicas recientes, lideradas por Mary Janewicz, investigadora de la Escuela de Salud Pública de la Universidad de Michigan en Ann Arbor, confirman que estos compañeros peludos no solo mejoran la calidad de vida general, sino que también contribuyen a una gestión más eficaz del dolor. Este enfoque es crucial, ya que ayuda a reducir la dependencia de medicamentos, una consideración especialmente pertinente en el contexto actual de la crisis de opioides.
El estudio en cuestión se centró en 25 propietarios de perros y gatos, todos mayores de 70 años, quienes habían experimentado dolor constante durante al menos la mitad del tiempo en los últimos seis meses. Los hallazgos revelaron que la interacción diaria con sus mascotas se integraba activamente en su conjunto de herramientas de autocontrol del dolor, funcionando a la par de técnicas de relajación y la actividad física regular. Esta integración subraya el valor de las mascotas como un componente legítimo de las estrategias de bienestar.
La rutina diaria asociada al cuidado de un animal —incluyendo el aseo, la alimentación y, en el caso de los perros, los paseos— desempeña un papel fundamental en la estructuración del día de la persona mayor. Esta estructura es vital para mantener la función cognitiva y promover la actividad física. Según los investigadores, el compromiso constante que exige el cuidado de la mascota fomenta la adherencia a rutinas que, en última instancia, se traducen en un mejor estado de salud física general.
Desde una perspectiva emocional, la presencia de una mascota mitiga significativamente la sensación de soledad. La investigación de la Universidad de Michigan documentó una impresionante reducción del 36% en este sentimiento entre los participantes. Este vínculo emocional actúa como un ancla psicológica robusta, ayudando a prevenir el desarrollo de estados depresivos que a menudo acompañan al dolor persistente.
El impacto positivo de las mascotas no es meramente psicológico; también se manifiesta a nivel fisiológico. Se ha comprobado que tan solo 15 minutos de juego o caricias con un perro pueden desencadenar una respuesta química cerebral favorable. Esta interacción resulta en la disminución de los niveles de cortisol, la hormona del estrés, y contribuye a la normalización de la presión arterial. Estos efectos demuestran que el contacto físico con los animales ofrece beneficios medibles y rápidos para el sistema nervioso.
Un efecto similar se observa en la interacción con los felinos. El ronroneo de los gatos, cuya frecuencia oscila entre 20 y 50 Hz, actúa como una suave vibroterapia natural. Esta vibración promueve la relajación muscular y ayuda a estabilizar el ritmo cardíaco. Además, instituciones de prestigio como la Clínica Mayo han corroborado que estas terapias asistidas por animales no solo alivian el dolor, sino que también reducen la ansiedad y la depresión asociadas a diversas condiciones de salud. La interacción con los animales estimula la producción de oxitocina, lo que refuerza la capacidad para disminuir el cortisol y mejorar el estado emocional general.
Los especialistas destacan, además, la sensibilidad innata de las mascotas hacia el estado emocional de sus dueños. Son capaces de percibir la ansiedad y, a menudo, interrumpen el flujo de pensamientos negativos. Para las personas mayores, que frecuentemente son más susceptibles a los efectos secundarios perjudiciales de los tratamientos farmacológicos que las poblaciones más jóvenes, estas estrategias no medicamentosas, basadas en el apoyo incondicional de un compañero animal, representan un complemento terapéutico indispensable en el manejo integral del dolor crónico.
Fuentes
LaVanguardia
The Role of Pets in Supporting Cognitive-Behavioral Chronic Pain Self-Management: Perspectives of Older Adults
Canine Science Forum 2025
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