La exposición temprana a perros reduce el riesgo de asma infantil en un 48%, según un estudio canadiense

Editado por: Екатерина С.

Nuevos hallazgos científicos sugieren que la presencia de perros en el hogar durante las primeras etapas de la vida de un bebé podría actuar como un factor protector significativo, disminuyendo drásticamente la probabilidad de que desarrollen asma antes de cumplir los cinco años. Este revelador descubrimiento, que tiene implicaciones profundas para la salud respiratoria infantil, fue presentado recientemente ante la comunidad médica global en el Congreso de la Sociedad Respiratoria Europea, un evento clave que tuvo lugar en Ámsterdam. Los resultados abren nuevas vías para comprender cómo la interacción temprana con el entorno doméstico, lejos de ser perjudicial, influye decisivamente en la maduración y la fortaleza del sistema respiratorio de los niños.

La investigación fue meticulosamente llevada a cabo por un equipo de expertos del prestigioso Hospital Infantil SickKids en Toronto, Canadá. Este trabajo se enmarca dentro del proyecto de cohorte canadiense a gran escala conocido como CHILD, diseñado para seguir el desarrollo de miles de niños. Los científicos se dedicaron a analizar minuciosamente muestras de polvo doméstico que habían sido recolectadas de más de mil bebés cuando estos tenían entre tres y cuatro meses de edad. El enfoque principal fue cuantificar la concentración de tres marcadores biológicos cruciales presentes en el ambiente del hogar: la proteína Can f1, identificada como el principal alérgeno canino; el alérgeno Fel d1, característico de los gatos; y la endotoxina, un indicador de la actividad bacteriana ambiental. Tras un seguimiento riguroso de cinco años, cuando los participantes alcanzaron la edad de cinco años, se procedió a evaluar su estado de salud pulmonar, lo que incluyó tanto el diagnóstico clínico de asma como la medición objetiva de la función pulmonar, específicamente el volumen espiratorio forzado en un segundo.

Los datos obtenidos tras el análisis estadístico resultaron ser extraordinariamente contundentes. Se observó una correlación directa y positiva: aquellos niños cuyo ambiente contenía niveles más elevados de la proteína canina Can f1 experimentaron una reducción en la probabilidad de desarrollar asma de aproximadamente un 48%. Este hallazgo no solo se limitó a la prevención de la enfermedad, sino que este grupo también mostró indicadores de una función pulmonar consistentemente más robusta en comparación con sus pares menos expuestos. Un aspecto crucial del estudio es que este efecto protector se manifestó con mayor intensidad, casi como un escudo, en aquellos niños que ya poseían una predisposición genética conocida a padecer enfermedades pulmonares. Es importante destacar la especificidad del resultado: la exposición a los alérgenos felinos (Fel d1) o a las toxinas bacterianas medidas no arrojó un mecanismo de protección comparable en el análisis realizado por el equipo canadiense.

Los investigadores postulan una hipótesis biológica sólida: el contacto temprano y constante con los alérgenos provenientes de los perros actúa como un catalizador esencial para la correcta 'sintonización' o maduración del sistema inmunológico. Esta exposición temprana parece "entrenar" al organismo, ayudándolo a evitar caer en un estado de hipersensibilidad excesiva frente a otros posibles irritantes ambientales que podrían desencadenar reacciones asmáticas. En el contexto de la salud pública y la prevención, este estudio subraya la importancia de una interacción equilibrada con el medio ambiente, reforzando la idea de que un entorno excesivamente estéril podría ser contraproducente, privando al sistema inmunológico joven de la "práctica" necesaria para desarrollar tolerancia. Estos datos ofrecen una perspectiva sumamente optimista en la lucha contra el asma infantil y reafirman la necesidad imperiosa de continuar profundizando en la investigación para desvelar completamente los mecanismos moleculares a largo plazo que sustentan este fascinante fenómeno protector.

Fuentes

  • 20 minutos

  • Los perros (pero no los gatos) podrían proteger contra el asma infantil, según un estudio

  • Exposición temprana a perros reduce riesgo de asma en bebés, revela estudio canadiense

  • Un estudio vincula la exposición temprana a perros con menor riesgo de asma infantil

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