Legado lingüístico: La estructura profunda del árabe antes de su codificación escrita y los dialectos

Editado por: Vera Mo

La lengua árabe contemporánea, pulida por la gramática y la elocuencia, es la culminación de un extenso proceso cultural celosamente custodiado por expertos. Un examen de sus orígenes revela que su estructura profunda demostró ser más resiliente que cualquier forma externa de registro o variación dialectal. Durante la época de la Yahiliyyah, anterior al surgimiento del Islam, el árabe existía como un flujo sonoro vibrante, disperso entre las tribus del desierto. En este contexto preislámico, los marcadores semánticos se hallaban intrínsecamente ligados al entorno circundante y a los dialectos locales de cada región.

La ausencia de un núcleo lingüístico unificado generó una amplia diversidad en la pronunciación y el significado de los vocablos. Sin embargo, con el inicio de la expansión islámica y la incorporación de representantes de otras culturas al campo lingüístico árabe, se produjo un desplazamiento gradual de las palabras respecto a sus sistemas originales. Esto conllevaba el riesgo inminente de distorsionar la pureza del idioma y de adoptar formas espurias en la oratoria. La verdadera preocupación de los eruditos no se centró en las lexemas individuales, sino en la arquitectura interna del lenguaje: la interconexión entre las formas que se “elevan” (mufrat) y aquellas que se “declina” (mansub), además del equilibrio fundamental entre la voz activa y la pasiva. Era esta sutil sistemática, que otorgaba coherencia interna al árabe, la que urgía ser fijada de inmediato.

En este momento crucial, impulsados por una profunda devoción hacia la lengua, surgieron figuras eminentes como Abu Amr ibn al-Ala, Al-Khalil ibn Ahmad al-Farahidi y Abu Said as-Sumai. Estos dedicados pioneros se aventuraron en las tierras beduinas, donde, acompañados por escribas y montados en sus camellos, escucharon y registraron las formas prístinas, desechando lo superfluo. Ellos establecieron las bases de las construcciones verbales y las líneas poéticas, logrando un equilibrio entre la sencillez del habla de los habitantes de los oasis y la de los residentes sedentarios. Su afán por la autenticidad era total: adoptaron las costumbres, prestaron atención a las conversaciones de hombres y mujeres, capturaron los saludos de los pastores y los documentaron meticulosamente.

Testimonios como el registro del habla de un pastor que se negaba a su necesidad mientras un anciano los reprendía por documentar la “habla de esta gente inferior”, demuestran que la preservación lingüística se logró mediante una inmersión profunda en su tejido vivo. Esta incansable diligencia de los lingüistas se convirtió en la piedra angular para la conservación y el desarrollo posterior del idioma árabe a lo largo de los siglos, asegurando su vitalidad. Es relevante destacar que las primeras evidencias escritas que documentan los movimientos nómadas se remontan a los siglos VIII y VII a. C. en las crónicas asirias. Además, la primera mención del término “lengua árabe” se encuentra en fuentes hebreas antiguas del siglo III a. C. No obstante, la expresión “lengua árabe clara” resonó por primera vez en el Corán (a mediados del siglo VII d. C.), y la escritura árabe, que se había formado a partir del alfabeto nabateo hacia mediados del siglo VII d. C., fue la que finalmente codificó esta estructura esencial.

Fuentes

  • مجلة المجلة

  • نشأة اللغة العربية وتطورها وثباتها أمام التحديات

  • نشأة اللغة العربية وتطورها - مقال

  • نظرات في التطور التاريخي للغة العربية

  • تاريخ نشأة اللغة العربية وتطورها | لســـانـنــا

  • تاريخ اللغة العربية وتطورها - موسوعة

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