Singapur Implementa Castigo Corporal por Fraude Digital: Los Detalles de la Nueva Legislación

El Parlamento de Singapur ha dado luz verde a una serie de enmiendas legislativas que establecen el castigo corporal como sanción para los delitos vinculados al fraude digital. Esta drástica determinación surge como una respuesta directa al incremento exponencial de las estafas en línea, las cuales han provocado un perjuicio económico considerable a la nación. Bajo la nueva normativa, los individuos declarados culpables podrían enfrentar una pena de entre seis y veinticuatro golpes de bastón.

La magnitud del problema es alarmante. Solo durante la primera mitad del año 2025, las pérdidas financieras atribuibles a las maniobras fraudulentas superaron los 385 millones de dólares de Singapur. Esta medida punitiva no solo está dirigida a los autores materiales de los fraudes, sino que también busca desmantelar los eslabones de las redes criminales. Esto incluye a reclutadores y a los denominados «mulas de dinero», quienes facilitan sus cuentas bancarias, tarjetas SIM o credenciales de identificación digital Singpass para la comisión de los delitos.

Aquellas personas que presten asistencia intencional a los delincuentes mediante estas modalidades podrían recibir hasta 12 golpes. La gravedad de la situación fue subrayada por Sim Ann, la Ministra de Estado Senior de Asuntos Internos y Asuntos Exteriores, durante las audiencias parlamentarias. Ella enfatizó que el fraude digital constituye un asombroso 60% de la totalidad de los delitos registrados en Singapur.

Los datos históricos revelan una tendencia preocupante: entre el año 2020 y septiembre de 2025, se han identificado aproximadamente 190,000 incidentes de engaño digital. El monto total del daño acumulado en este periodo asciende a casi 3,88 mil millones de dólares de Singapur. Además, si un individuo comete un delito como parte de una estructura o grupo fraudulento, se le puede imponer una pena adicional de no menos de seis golpes de azotes, junto con una multa que puede alcanzar los 100 mil dólares o una sentencia de prisión de hasta cinco años.

Es importante señalar que el castigo corporal mediante azotes ya es una práctica judicial consolidada en Singapur, aplicándose tanto en contextos judiciales civiles como militares. Para la ejecución de la pena se emplean varas flexibles de ratán o bambú, que miden entre 60 y 120 cm de longitud y tienen un grosor de 4 a 13 mm. No obstante, esta sanción está expresamente excluida para niñas, mujeres y hombres mayores de 50 años. Se anticipa que la ley entrará en vigor en las próximas semanas, lo que representa un giro decisivo y contundente en la lucha de la ciudad-estado contra la ciberdelincuencia.