El presidente Donald Trump ha anunciado que presentará "descubrimientos mayores" que, según él, vinculan el uso de Tylenol (acetaminofén) durante el embarazo y los bajos niveles de folato con el desarrollo del autismo en niños. Estos hallazgos, que se darán a conocer desde el Despacho Oval, también explorarán el uso del folinato de ácido fólico como un posible tratamiento. Trump expresó una fuerte convicción en estos descubrimientos, calificándolos como una "respuesta al autismo".
La información difundida sugiere que la administración Trump planea advertir sobre el uso de paracetamol, el ingrediente activo de Tylenol, por parte de mujeres embarazadas, recomendando evitar su consumo en las primeras etapas del embarazo, excepto en casos de fiebre. Paralelamente, se promoverá la leucovorina, un derivado del ácido fólico, como un potencial tratamiento para el autismo. Investigaciones preliminares y estudios piloto han explorado la eficacia del ácido folínico en la mejora de la comunicación y la reducción de comportamientos repetitivos en niños con Trastorno del Espectro Autista (TEA).
Sin embargo, la comunidad científica y expertos en salud han expresado escepticismo y preocupación. Kenvue, el fabricante de Tylenol, ha declarado que más de una década de investigación rigurosa confirma la ausencia de evidencia creíble que vincule el acetaminofén con el autismo. El Colegio Estadounidense de Obstetras y Ginecólogos (ACOG) respalda esta postura, señalando que los trastornos del neurodesarrollo son multifactoriales y difíciles de atribuir a una única causa.
Estudios a gran escala, como uno publicado en JAMA que analizó más de 2.4 millones de niños nacidos en Suecia, no encontraron una relación causal entre el consumo de paracetamol durante el embarazo y un mayor riesgo de autismo, TDAH o discapacidad intelectual. Estos estudios sugieren que las asociaciones observadas en análisis previos podrían deberse a factores de confusión, como la genética o el entorno familiar.
Por otro lado, investigaciones previas han sugerido una posible asociación. Un análisis de más de 100,000 personas realizado por investigadores de Mount Sinai y Harvard indicó una asociación consistente entre la exposición prenatal al acetaminofén y un mayor riesgo de autismo y TDAH. Otros estudios han señalado que los niños expuestos al paracetamol en el útero mostraron una mayor probabilidad de desarrollar síntomas de TEA y TDAH.
La deficiencia de folato en el cerebro también se ha relacionado con el autismo, y se investiga el folato como un componente crucial para el desarrollo del sistema nervioso central. La controversia en torno a la relación entre el paracetamol y el autismo ha sido objeto de demandas legales y debate público.
La administración Trump busca presentar estos hallazgos como un avance significativo, mientras que muchos expertos y la propia industria farmacéutica enfatizan la falta de evidencia concluyente y la importancia de seguir las recomendaciones médicas para el uso de medicamentos durante el embarazo. La discusión subraya la complejidad de la investigación sobre el autismo y la necesidad de un enfoque basado en evidencia científica sólida para la salud pública.