La Unión Europea ha decidido suspender durante seis meses los aranceles de represalia que planeaba imponer a las importaciones procedentes de Estados Unidos. Esta medida se produce tras un acuerdo comercial tentativo alcanzado entre la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, y el presidente estadounidense, Donald Trump. El objetivo principal de esta suspensión es reducir las tensiones comerciales y evitar una guerra comercial transatlántica que podría tener consecuencias negativas para ambas economías.
Las contramedidas de la UE estaban dirigidas a los aranceles impuestos por Estados Unidos al acero, el aluminio y otros productos. Entre los principales temas pendientes de resolución se encuentran las normas arancelarias sobre las piezas de automóviles, las exenciones para determinados productos y los contingentes arancelarios. La UE se reserva el derecho de reactivar sus contramedidas en caso de que no se cumplan los compromisos acordados.
Tras el anuncio, las perspectivas de beneficios para las empresas europeas han mejorado notablemente. Ahora se espera que las ganancias aumenten en el segundo trimestre de 2025. La UE y Estados Unidos continúan negociando los detalles finales con el objetivo de restablecer la estabilidad en el comercio transatlántico.
La suspensión de aranceles también ha sido bien recibida por los consumidores europeos, quienes esperan una reducción en los precios de algunos productos importados desde Estados Unidos. Sin embargo, algunas organizaciones de consumidores han expresado su preocupación por la posibilidad de que las empresas no trasladen completamente esta reducción de costos a los precios finales.