El Presidente Donald Trump pronunció un discurso contundente en la 80ª sesión de la Asamblea General de las Naciones Unidas el 23 de septiembre de 2025, en Nueva York. Su intervención, marcada por una crítica directa a las políticas globales y a la propia organización, abordó temas cruciales como el cambio climático, los conflictos en Oriente Medio y Ucrania, y la migración, al tiempo que hizo un llamado a la cooperación internacional.
En su alocución, Trump calificó el cambio climático como "la mayor estafa jamás perpetrada al mundo", instando a la desestimación de las políticas de reducción de emisiones de carbono. Esta postura se alinea con su historial, incluyendo la retirada de Estados Unidos del Acuerdo de París durante su anterior mandato, una decisión que buscaba priorizar la "dominancia energética" nacional a través de la producción de combustibles fósiles. La crítica a las políticas climáticas y energéticas verdes fue reiterada, advirtiendo que estas medidas están "destruyendo" a Europa y al mundo libre, y que los países que invierten fuertemente en energías renovables verán sus economías sufrir.
Respecto a la migración, el mandatario estadounidense arremetió contra las naciones europeas, declarando que sus países "se van al infierno" debido a políticas de fronteras abiertas y a la inmigración descontrolada. Criticó a las Naciones Unidas por financiar la asistencia a migrantes, argumentando que la organización debería detener las "invasiones" en lugar de financiarlas. Trump defendió la necesidad de fronteras fuertes y políticas de deportación, sugiriendo que otros países deberían emular el ejemplo de su administración.
En cuanto a los conflictos internacionales, Trump exigió la liberación inmediata de los rehenes en el conflicto Israel-Hamás y se opuso al reconocimiento de un Estado palestino, considerando que esto recompensaría a Hamás por sus "atrocidades". Sobre la guerra en Ucrania, instó a las naciones europeas a dejar de comprar petróleo ruso, amenazando con aranceles si no se buscaba la paz. El discurso de Trump también incluyó una crítica a la propia ONU, cuestionando su propósito y señalando que la organización "no está ni cerca de alcanzar su potencial" y que sus "palabras vacías no resuelven la guerra". A pesar de estas críticas, también expresó un apoyo del "100%" a la institución, reconociendo su gran potencial para la paz.
El análisis de este discurso revela una postura que prioriza el interés nacional y cuestiona los acuerdos multilaterales, un enfoque que ha generado debate sobre la efectividad de la cooperación global frente a las agendas nacionales. La intervención de Trump en la ONU subraya las tensiones inherentes entre la soberanía nacional y la responsabilidad compartida en un mundo cada vez más interconectado, planteando interrogantes sobre el futuro del orden mundial y la colaboración internacional. El mandatario reiteró su visión de un mundo compuesto por "naciones fuertes e independientes" que promueven la seguridad y la prosperidad, un mensaje que resuena con su enfoque de "America First".