Reanudación de Hostilidades en la Frontera Tailandia-Camboya Tras el Fracaso del Alto el Fuego Mediado por Trump

El lunes 8 de diciembre de 2025 marcó un punto de inflexión dramático en la tensa situación fronteriza entre el Reino de Tailandia y Camboya. La jornada culminó con ataques aéreos ejecutados por Tailandia sobre territorio camboyano, lo que significó la ruptura total del frágil cese al fuego que se había logrado previamente gracias a la intervención del expresidente de Estados Unidos, Donald Trump.

Esta escalada bélica se produjo inmediatamente después de intensos enfrentamientos en la línea divisoria, donde ambas naciones se apresuraron a atribuirse la responsabilidad inicial de las hostilidades. El General de División Wintaya Suvari, portavoz del ejército tailandés, comunicó que los bombardeos, llevados a cabo por cazas F-16, fueron una represalia directa. Según su versión, estos ataques respondieron al fuego de artillería y mortero proveniente de Camboya contra la base tailandesa de Anupong, situada cerca del paso de Chong An Ma.

Tailandia informó de consecuencias humanas graves tras el bombardeo matutino: al menos un militar nacional fallecido y otros siete heridos. La Fuerza Aérea Tailandesa declaró que el objetivo de sus incursiones era “destruir la capacidad militar de Camboya durante años” con el fin de garantizar la seguridad de su territorio.

Por su parte, el Ministerio de Defensa de Camboya rechazó categóricamente estas acusaciones, calificando las acciones de Bangkok como “actos crueles e inhumanos”. Phnom Penh mantuvo su postura de que sus fuerzas armadas no habían disparado en represalia, adhiriéndose formalmente al proceso de paz. No obstante, diversos medios de comunicación reportaron que Camboya empleó tanques y sistemas de cohetes de lanzamiento múltiple, incluyendo el BM-21 Grad, para impactar posiciones tailandesas. Los combates han generado resultados trágicos, incluyendo bajas civiles y la necesidad urgente de evacuar a grandes contingentes de población de las áreas limítrofes.

Este conflicto, cuyas raíces se hunden en disputas históricas sobre tramos no demarcados de la frontera de 817 kilómetros, especialmente en torno al complejo del templo de Preah Vihear, ha alcanzado una nueva cota de tensión. Un periodo anterior de hostilidades feroces, que incluyó un intercambio de fuego durante cinco días en julio de 2025 y que resultó en la muerte de al menos 48 personas y el desplazamiento de 300.000 ciudadanos, fue frenado gracias a la mediación de Donald Trump.

La tregua previa se había formalizado a finales de octubre de 2025. En la cumbre de la ASEAN celebrada en Kuala Lumpur, los primeros ministros de Tailandia, Anutin Charnvirakul, y de Camboya, Hun Manet, firmaron una declaración conjunta destinada a consolidar la paz. Es importante recordar que la presidencia de la ASEAN durante 2025 recayó en el primer ministro de Malasia, Anwar Ibrahim.

La escalada de diciembre se gestó después de que Tailandia suspendiera en noviembre las medidas de distensión. El motivo alegado fue un incidente con una mina terrestre que Bangkok aseguraba haber sido colocada recientemente por Camboya, una afirmación que Phnom Penh negó rotundamente. El primer ministro tailandés, Anutin Charnvirakul, adoptó una postura inflexible, declarando que el diálogo era imposible hasta que Camboya cumpliera con las condiciones impuestas por su gobierno. Según datos militares tailandeses, más de 50.000 residentes fueron trasladados a refugios en cinco provincias fronterizas de Tailandia, mientras que en Camboya se reporta el desplazamiento de cientos de miles de personas. Ante este panorama, la Embajada de Rusia en Tailandia aconsejó a sus ciudadanos evitar los viajes a las provincias limítrofes.