En un momento de profunda significación para la Iglesia de Inglaterra, Sarah Mullally ha sido nombrada la primera mujer Arzobispa de Canterbury, marcando un hito histórico en los 1,400 años de la institución. Su instalación está programada para marzo de 2026, sucediendo a Justin Welby, cuya renuncia en enero de 2025 se produjo en medio de controversias relacionadas con el manejo de acusaciones de abuso infantil. Mullally, de 63 años, anteriormente obispa de Londres desde 2018, aporta una perspectiva única a su nuevo rol, forjada a través de su experiencia como enfermera y ex Directora de Enfermería de Inglaterra. Su nombramiento, aprobado por el Rey Carlos III tras un proceso de selección supervisado por el ex jefe del servicio de seguridad nacional. Será elegida oficialmente por el Colegio de Canónigos de la Catedral de Canterbury antes de Navidad. Su elección será confirmada en la Catedral de San Pablo en enero de 2026. Esto representa un avance significativo en la evolución de la Iglesia.
La trayectoria de Mullally es notable por su habilidad para navegar desafíos complejos. Antes de su ordenación en 2001, su carrera en el Servicio Nacional de Salud (NHS) la llevó a convertirse en la Directora de Enfermería más joven de Inglaterra a los 37 años, demostrando una capacidad de liderazgo y una dedicación al cuidado integral de las personas. Esta experiencia práctica y su enfoque en el servicio se reflejan en su visión para la Iglesia. Su nombramiento como obispa de Londres en 2018, la primera mujer en ocupar ese puesto, y su posterior papel como miembro de los "Lords Spiritual" en la Cámara de los Lores, subrayan su creciente influencia y capacidad para abordar cuestiones de relevancia nacional.
El contexto de este nombramiento está marcado por la necesidad de reforma y reconciliación dentro de la Iglesia de Inglaterra. La renuncia de Justin Welby se debió a las conclusiones de una revisión independiente que reveló que él y otros líderes de la Iglesia habían sido conscientes del abuso infantil por parte de John Smyth desde 2013, sin tomar las medidas adecuadas. Este escándalo ha generado un llamado generalizado a una mayor transparencia y rendición de cuentas. Mullally ha expresado su compromiso de abordar estas fallas de salvaguardia, enfatizando la importancia de escuchar a los sobrevivientes y a los vulnerables. Su enfoque en "encontrar esperanza y sanación" resuena en un momento en que la Iglesia busca reconstruir la confianza y fomentar una cultura de apertura.
La Iglesia de Inglaterra, que se separó de la autoridad papal en el siglo XVI durante la Reforma Inglesa, se enfrenta a desafíos contemporáneos significativos. Estos incluyen la disminución de la asistencia regular, que se estima en poco menos de un millón de personas en 2022, y las divisiones internas sobre temas como el papel de las mujeres en el ministerio y las bendiciones para parejas del mismo sexo. Mullally, conocida por sus puntos de vista progresistas, como su apoyo a las oraciones de amor y fe para parejas del mismo sexo, está posicionada para guiar a la Iglesia a través de estas aguas a menudo turbulentas. Su capacidad para unir a diversas facciones y fomentar un sentido de propósito compartido será crucial para su liderazgo.
El nombramiento de Mullally no solo es un momento de celebración para quienes abogan por una mayor inclusión, sino también un llamado a la acción para toda la Comunión Anglicana, que abarca aproximadamente 85 millones de miembros en 165 países. Los desafíos que enfrenta la Iglesia, desde las secuelas del escándalo de abuso hasta la necesidad de adaptarse a un mundo cambiante, requieren una visión clara y un liderazgo compasivo. La experiencia de Mullally como líder en enfermería y su profunda fe ofrecen una base sólida para enfrentar estas complejidades, buscando un camino de renovación y reforma que honre tanto la tradición como la necesidad de un progreso continuo.