El expresidente de Francia, Nicolás Sarkozy, ha iniciado el cumplimiento de su pena de prisión de cinco años. El 21 de octubre, llegó a la prisión de Santé en París para comenzar su reclusión, marcando un hito sin precedentes en la historia política francesa.
La condena impuesta a Sarkozy se deriva del llamado caso de la «financiación libia» de su campaña electoral, que involucró cargos de corrupción y tráfico de influencias. Con esta entrada en prisión, se convierte en el primer exmandatario francés en ser condenado a una pena de privación de libertad efectiva.
El vehículo que transportaba a Sarkozy arribó a las puertas de la prisión de Santé aproximadamente a las nueve y media de la mañana, hora local, según reportes. Anticipándose a este momento, el día anterior había declarado en una entrevista con Tribune Dimanche: «No temo a la cárcel. Estaré con la cabeza bien alta a la entrada de Santé».
Mientras se dirigía al centro penitenciario, Sarkozy utilizó la plataforma X para publicar un mensaje, afirmando ser víctima de la venganza y el odio. En su declaración, enfatizó con una fuerza inquebrantable: «Quiero decir al pueblo francés que esta mañana quien entra en prisión no es un expresidente de la República, sino un hombre inocente».
Horas antes, sus partidarios se habían congregado frente a la residencia que comparte con su esposa, Carla Bruni, en el distrito 16 de París. Una hora antes de la hora fijada para su presentación en la cárcel, Sarkozy y Bruni salieron de la vivienda tomados de la mano, mientras los parisinos reunidos coreaban «¡Nicolás, Nicolás!», según el corresponsal en el lugar.
Para garantizar su seguridad, el expresidente será alojado en un ala especial de la prisión, en celdas individuales destinadas a este fin. Sébastien Covel, director de Santé, ha asegurado que Sarkozy no tendrá contacto con otros reclusos y se le permitirá realizar dos paseos diarios.
El aislamiento en régimen de celda solitaria, que se mantendrá al menos hasta que el tribunal revise su apelación a la sentencia, es necesario para protegerlo, según informaron funcionarios penitenciarios a la agencia AFP. El objetivo es evitar que otros internos intenten fotografiarlo con teléfonos móviles.
Las celdas en Santé, que miden entre 9 y 12 metros cuadrados, fueron renovadas recientemente y ahora disponen de ducha y teléfono fijo. No obstante, el coste de una llamada de 20 minutos asciende a 110 euros. Además, Sarkozy tiene la opción de contratar televisión por 14 euros al mes, y se le permitirá cocinar y utilizar el servicio de lavandería.
Respecto a sus pertenencias personales, el expresidente comentó al diario Figaro que llevaría consigo tres libros, destacando la novela de Alejandro Dumas, *El Conde de Montecristo*, cuya trama versa sobre un héroe encarcelado injustamente. Su abogado, Jean-Michel Darrois, indicó que también empacó suéteres abrigados y tapones para los oídos, previendo el frío dentro de la prisión.
En cuanto a la opinión pública, una encuesta realizada por la agencia Elabe a principios de octubre reveló que el 58% de los ciudadanos franceses considera que el veredicto contra Sarkozy fue imparcial. Además, el 61% apoya la idea de que permanezca detenido mientras se resuelve el proceso de apelación.