El 9 de septiembre de 2025, Israel ejecutó un ataque aéreo en Doha, Qatar, dirigido a altos mandos de Hamás, desatando una fuerte condena global y avivando preocupaciones sobre la estabilidad regional y los procesos de paz. La operación, denominada por Israel como "Atzeret HaDin" o "Cumbre de Fuego", buscaba desmantelar la coordinación de la cúpula de Hamás, incluyendo a figuras como Khalil al-Hayya, Zaher Jabarin, Muhammad Ismail Darwish y Khaled Mashal.
Hamás, a través de su portavoz Suhail al-Hindi, aseguró que sus líderes principales sobrevivieron al ataque. No obstante, la organización confirmó el fallecimiento de Jihad Labad, hijo de un líder y director de oficina, junto a otros cinco miembros de menor rango. Un oficial de seguridad qatarí también murió en el incidente, y varios más resultaron heridos.
Qatar calificó la acción israelí como una "flagrante violación de todas las leyes y normas internacionales" y una amenaza directa a su seguridad y soberanía. Este suceso, el primero de su naturaleza en suelo qatarí, se considera una escalada significativa en el conflicto y un posible obstáculo para las negociaciones de alto el fuego.
La comunidad internacional reaccionó con unánime repudio. El Secretario General de las Naciones Unidas lo calificó como una "violación flagrante de la soberanía e integridad territorial de Qatar". Países como Turquía, Egipto, Pakistán, Siria, Arabia Saudita, Líbano, Irak y el Vaticano expresaron su condena, enfatizando la gravedad de violar la soberanía de una nación mediadora.
El Primer Ministro israelí, Benjamin Netanyahu, asumió la responsabilidad del ataque, describiéndolo como una operación autónoma para neutralizar a los responsables de los ataques del 7 de octubre de 2023. Sin embargo, la efectividad de la operación para desarticular el liderazgo de Hamás y su impacto en las negociaciones de tregua son objeto de debate.
La postura de España, que ha prohibido la entrada a ministros israelíes y ha formalizado un embargo de armas, refleja la creciente tensión diplomática. Este incidente subraya la volátil naturaleza de Oriente Medio y los complejos desafíos para lograr una desescalada y una paz duradera, poniendo de relieve las profundas divisiones, las audaces estrategias militares y la delicada red de alianzas y mediaciones en la región.