El líder norcoreano, Kim Jong Un, supervisó personalmente el sábado 23 de agosto de 2025 el ensayo de dos nuevos misiles de defensa aérea. Los medios estatales informaron que las pruebas demostraron una "capacidad de combate superior" de estos sistemas, diseñados para neutralizar una variedad de objetivos aéreos, incluidos drones y misiles de crucero, gracias a su "tecnología única y especial".
Estos ensayos se producen en un momento de elevada tensión en la península coreana, coincidiendo con los ejercicios militares conjuntos "Ulchi Freedom Shield" (UFS) entre Estados Unidos y Corea del Sur. Estos ejercicios, que se extienden por 11 días e involucran a 21.000 efectivos (18.000 surcoreanos), tienen como objetivo fortalecer la preparación ante las amenazas norcoreanas. Sin embargo, Pyongyang ha criticado duramente las maniobras, calificándolas de "hostiles y confrontacionales" y un preludio a la guerra.
Kim Jong Un ha reiterado la necesidad de "expandir rápidamente" el arsenal nuclear de Corea del Norte, argumentando que el entorno de seguridad en deterioro y las acciones de EE. UU. y Corea del Sur obligan a un cambio radical en su estrategia militar. Esta postura se alinea con la política de Pyongyang de fortalecer su capacidad de disuasión mediante el desarrollo continuo de armamento avanzado.
Los nuevos sistemas de misiles norcoreanos, según la Agencia Central de Noticias de Corea (KCNA), mostraron una "respuesta rápida" y características tecnológicas que los hacen "muy adecuados para destruir varios objetivos aéreos". Este desarrollo armamentístico se produce a pesar de las sanciones internacionales, lo que subraya la determinación de Corea del Norte de avanzar en su programa de defensa.
La escalada de tensiones se agrava por incidentes fronterizos recientes, como el ocurrido el 19 de agosto, cuando soldados surcoreanos dispararon tiros de advertencia hacia fuerzas norcoreanas que cruzaron brevemente la frontera militarizada. Corea del Norte calificó el incidente de "provocación deliberada y premeditada".
En el ámbito internacional, estos eventos ocurren poco antes de una cumbre crucial entre el presidente de EE. UU., Donald Trump, y su homólogo surcoreano, Lee Jae-myung, en Washington. La agenda de esta reunión probablemente estará dominada por cuestiones de seguridad regional y el programa nuclear norcoreano, así como por las discusiones sobre la distribución de la carga de defensa y la posible reconfiguración de las fuerzas estadounidenses en la península.
La dinámica de confrontación y desarrollo armamentístico en la península coreana subraya la complejidad de la seguridad regional. Mientras Corea del Norte busca fortalecer su capacidad de disuasión, EE. UU. y Corea del Sur responden con ejercicios militares y un enfoque en la modernización de sus defensas, creando un ciclo de respuestas y contrarespuestas que mantiene la región en un estado de alerta constante.