El gigante automotriz chino BYD, reconocido a nivel global como líder indiscutible en el segmento de vehículos eléctricos (VE), ha puesto en marcha una de sus campañas de servicio técnico más significativas y extensas hasta la fecha. Esta acción preventiva y correctiva afecta a un gran volumen de unidades: más de 115,000 vehículos de los populares modelos Tang y Yuan Pro que fueron comercializados exclusivamente en el mercado doméstico de China. La orden para ejecutar esta retirada masiva no fue voluntaria, sino que fue impulsada por la Administración Estatal de Regulación del Mercado de China (SAMR), la autoridad competente que identificó vulnerabilidades críticas relacionadas tanto con el diseño estructural como con los sistemas de baterías de estos modelos de alta demanda.
La campaña de revisión se ha segmentado en dos categorías principales, cada una abordando un defecto técnico distinto. La primera concierne a 44,535 crossovers Tang, unidades que fueron fabricadas en el periodo comprendido entre marzo de 2015 y julio de 2017. La causa específica de esta llamada a revisión radica en fallos de diseño detectados en la unidad de control del motor eléctrico. Bajo ciertas condiciones operativas, especialmente durante descargas intensas de energía, este defecto podría provocar daños en la placa de circuito interno y la subsiguiente pérdida de la capacidad de propulsión exclusivamente eléctrica, lo que representa un riesgo potencial para la seguridad vial. BYD ha anunciado que la solución para este grupo será una actualización de software destinada a corregir y modificar el método de descarga de energía.
El segundo grupo, significativamente más numeroso, comprende 71,248 vehículos eléctricos Yuan Pro, producidos en el periodo que abarca desde febrero de 2021 hasta agosto de 2022. En este caso, el problema identificado es un defecto de fabricación relacionado con el sellado del paquete de baterías de alta tensión, el cual fue instalado de manera incorrecta. La exposición prolongada a obstáculos acuáticos o el tránsito por zonas inundadas podría facilitar la entrada de humedad en el compartimento de la batería. Esto, a su vez, compromete gravemente las propiedades aislantes y podría resultar en una disminución de la potencia de salida del vehículo. Para restablecer la hermeticidad adecuada y prevenir la intrusión de agua, se aplicará un sellador especializado en las unidades afectadas.
Esta reciente medida de retirada se inscribe en una serie de campañas de servicio que BYD ha tenido que gestionar en los últimos tiempos. Por ejemplo, en septiembre de 2024, la compañía ya había llamado a revisión a cerca de 97,000 vehículos eléctricos, incluyendo los modelos Dolphin y Yuan Plus, debido a fallos detectados en la unidad de control del mecanismo de dirección. Adicionalmente, se anunció en enero de 2025 la retirada de 6,843 todoterrenos híbridos Fangchengbao Bao 5. Este último caso se vinculaba al riesgo de incendio generado por pernos insuficientemente apretados en el controlador del motor, demostrando la complejidad de mantener la calidad en una producción masiva y acelerada.
La respuesta del mercado ante la difusión de la noticia sobre esta masiva campaña de servicio no se hizo esperar. Las acciones de BYD experimentaron una notable caída durante las operaciones bursátiles en la Bolsa de Hong Kong. Este descenso puntual refleja la sensibilidad del mercado financiero ante la necesidad imperiosa de que la empresa, que mantiene un ritmo de expansión vertiginoso, equilibre su rápido crecimiento y su liderazgo tecnológico con la implementación de un control de calidad riguroso e impecable. En este contexto, los centros de distribución y servicio autorizados de BYD están instando formalmente a todos los propietarios de los modelos afectados a contactarles de inmediato para la corrección gratuita de las deficiencias detectadas, subrayando así la importancia de la responsabilidad corporativa y la seguridad del consumidor, aspectos cruciales en el dinámico y competitivo sector de la movilidad eléctrica.