El panorama de las operaciones espaciales en la Costa Oeste ha experimentado una transformación significativa, impulsada por un hito operativo de SpaceX en la Base de la Fuerza Espacial de Vandenberg, California. La compañía, liderada por Elon Musk, ha establecido una nueva marca histórica para misiones orbitales anuales desde esta base estratégica. Este logro no es un aumento incremental, sino la cristalización de una nueva capacidad operativa, respaldada por una reciente autorización regulatoria clave.
El punto de inflexión se registró el 3 de octubre de 2025, cuando un cohete Falcon 9 despegó con 28 satélites Starlink a bordo, superando el tope de misiones anuales previamente establecido para Vandenberg. Este suceso subraya la creciente vitalidad de las empresas espaciales comerciales y su integración con las necesidades de lanzamiento gubernamentales y de seguridad nacional. La clave de esta expansión reside en una decisión del Departamento de la Fuerza Aérea (DAF).
Tras completar un exhaustivo estudio de impacto ambiental, el DAF otorgó la luz verde para duplicar el límite de lanzamientos, pasando de 50 misiones anuales a un máximo de 100. Esta autorización se impuso a pesar de las objeciones de la Comisión Costera de California, y su objetivo es asegurar los requerimientos de lanzamiento de carga pesada y media hacia órbitas polares, esenciales para activos de inteligencia y reconocimiento. La tecnología de cohetes reutilizables de SpaceX ha sido el motor de esta aceleración, reduciendo drásticamente los tiempos de entrega entre misiones.
La nueva aprobación abre la puerta a operaciones del cohete más potente, el Falcon Heavy, desde el Complejo de Lanzamiento 6 (SLC-6), una instalación que no había visto un despegue desde 2022. Se prevé que hasta cinco lanzamientos anuales del Falcon Heavy puedan realizarse desde SLC-6, que será modernizado para soportar ambos vehículos. Este cambio de paradigma refleja una comprensión más amplia de la interconexión entre las capacidades comerciales y la soberanía espacial, alineando a Vandenberg con una tendencia nacional de maximizar la eficiencia de los recursos existentes para satisfacer una demanda exponencial.
El despliegue de la constelación Starlink, que ya supera los 8,500 satélites operativos en 2025, es un claro ejemplo de cómo la visión de conectividad global impulsa la logística espacial. Este avance demuestra cómo la previsión y la responsabilidad en la planificación de recursos catalizan un salto evolutivo en el acceso al espacio, beneficiando tanto los objetivos comerciales como los de seguridad de la nación.