La nave espacial Jupiter Icy Moons Explorer (JUICE), operada por la Agencia Espacial Europea (ESA), ha completado con éxito un sobrevuelo de Venus el 31 de agosto de 2025. Este evento es un hito crucial en su viaje de ocho años hacia las enigmáticas lunas heladas de Júpiter.
El sobrevuelo, que tuvo lugar a las 7:28 CEST, utilizó la atracción gravitatoria de Venus para ajustar la trayectoria de JUICE, preparándola para un posterior encuentro con la Tierra en 2026. La misión experimentó una breve anomalía de comunicación el 16 de julio de 2025 debido a un error de temporización en el software, lo que resultó en una pérdida de contacto de casi 20 horas. Sin embargo, los equipos de ingeniería resolvieron el problema, permitiendo que los preparativos para el sobrevuelo de Venus continuaran según lo previsto.
Durante el acercamiento a Venus, los instrumentos de detección remota de JUICE permanecieron inactivos para protegerlos del intenso calor. La nave espacial utilizó su antena principal de alta ganancia como escudo protector, lo que impidió la captura de imágenes de Venus en esta fase. Este sobrevuelo de Venus es la segunda de las cuatro maniobras de asistencia gravitatoria planificadas para impulsar a JUICE hacia su destino final. La misión realizó previamente un sobrevuelo del sistema Tierra-Luna en agosto de 2024.
Los próximos encuentros gravitatorios están programados con la Tierra en septiembre de 2026 y enero de 2029. Cada uno de estos eventos es vital para configurar la trayectoria de JUICE para su llegada a Júpiter en julio de 2031. Lanzada el 14 de abril de 2023, JUICE tiene como objetivo explorar Ganímedes, Calisto y Europa, tres de las lunas más grandes de Júpiter, que son de gran interés científico por la evidencia de vastos océanos subsuperficiales que podrían albergar condiciones para la vida.
El exitoso sobrevuelo de Venus subraya la compleja planificación y ejecución necesarias para la exploración del espacio profundo. Las anomalías de comunicación, aunque preocupantes, resaltan la resiliencia y las capacidades de resolución de problemas de los equipos de control de misión. El uso estratégico de las asistencias gravitatorias, como la de Venus, demuestra un método eficiente para conservar combustible y navegar por las vastas distancias del sistema solar.