Boeing está implementando la impresión 3D para fabricar paneles solares de satélites, una estrategia que reduce a la mitad los tiempos de producción y responde a la creciente demanda de despliegue rápido de naves espaciales.
Los primeros arreglos impresos en 3D utilizarán celdas solares de Spectrolab, subsidiaria de Boeing, en pequeños satélites desarrollados por Millennium Space Systems, otra filial de la compañía. Estos sustratos son cruciales para el soporte de las celdas solares, asegurando su rigidez y alineación para una captura óptima de la luz solar en el espacio.
Tradicionalmente, la fabricación de estos componentes a partir de paneles compuestos tomaba semanas y requería considerable mano de obra. El nuevo proceso de manufactura aditiva de Boeing reduce este tiempo en aproximadamente seis meses, logrando una mejora de hasta el 50%. Al imprimir directamente los elementos estructurales y las características integradas en el sustrato, Boeing agiliza el ensamblaje, permitiendo que ocurra simultáneamente con la producción de celdas.
Se espera que el ensamblaje asistido por robots y la inspección automatizada en Spectrolab incrementen aún más la velocidad y consistencia, minimizando las intervenciones manuales. Este enfoque es escalable, desde satélites pequeños hasta plataformas más grandes de Boeing, como su línea de clase 702, con disponibilidad comercial prevista para 2026.
Melissa Orme, vicepresidenta de materiales y estructuras en Boeing Technology Innovation, destacó la estrategia de la compañía: "Al emparejar materiales calificados con un hilo digital común y producción de alta cadencia, podemos aligerar estructuras, crear diseños novedosos y repetir el éxito en todos los programas". La manufactura aditiva es un pilar en la estrategia espacial y de defensa de Boeing, buscando reducir tiempos de entrega y aumentar tasas de producción.
Boeing ha integrado más de 150,000 piezas impresas en 3D en sus líneas de productos, incluyendo componentes de radiofrecuencia en satélites militares Wideband Global Satcom (WGS) y estructuras completas para varias líneas de satélites pequeños. La impresión 3D de metal, en particular, ha abierto nuevas posibilidades para componentes que soportan condiciones extremas, esenciales para la exploración espacial.
El mercado de la fabricación aditiva en la industria espacial privada se proyecta alcanzar los 2.100 millones de euros en 2026, según SmarTech. La NASA y la ESA también exploran activamente la impresión 3D para diversas aplicaciones espaciales.