Los vehículos eléctricos (VE) reducen significativamente el desgaste de los frenos, una fuente importante de emisiones no procedentes del escape (NEEs) en las zonas urbanas. Un informe reciente destaca que el frenado regenerativo en los VE puede reducir el desgaste de los frenos en más de un 80%. Esto conduce a mejoras sustanciales en la calidad del aire al reducir las emisiones de partículas (PM).
Las NEEs, incluidas las partículas procedentes del desgaste de los frenos, los neumáticos y las carreteras, son una fuente dominante de PM urbana. El desgaste de los frenos es el principal contribuyente a las NEEs en ciudades como Londres. Si bien los VE aumentan el desgaste de los neumáticos debido a su peso, el impacto general de la electrificación de la flota es positivo.
Las próximas regulaciones Euro 7 limitarán las emisiones de desgaste de los frenos, y los límites de desgaste de los neumáticos seguirán. Las ciudades deben integrar las NEEs en las estrategias de calidad del aire y promover el transporte público. Reducir la dependencia de los vehículos privados mediante cambios modales puede reducir significativamente las NEEs.